La lucha libre profesional (wrestling en inglés) o Pressing Catch como se le conoce en España data del siglo XIX, derivada de los espectáculos de fuerza y forma física de los carnavales y music halls de la época. En la época moderna, nombres como Hulk Hogan, The Rock (Dwayne Johnson) o John Cena han convertido el espectáculo en todo un fenómeno mediático mundial.
Pressing catch, wrestling o lucha libre
El estilo de lo que actualmente se conoce como lucha libre profesional es muy parecido al de la lucha grecoromana, disciplina olímpica desde el primer evento de la era moderna, con algunas diferencias en las normativas, y muy emparentado con el catch. Se considera un tipo de estilo libre en el que, además, los golpes y los resultados suelen estar planificados de antemano. Entonces, ¿qué es lo que nos fascina de este deporte-espectáculo que no tengan las artes marciales mixtas o el boxeo?
El concepto deporte espectáculo fue creado por Vince McMahon, expropietario de la WWE, una de las empresas de lucha libre profesional mas conocidas del mundo, principalmente para evitar pagar impuestos que en algunas regiones de Estados Unidos imponían a los deportes de competición. McMahon lo convirtió en un eslogan de su empresa y creó todo un mundo a su alrededor.
El catch en España
A principios de la década de los noventa, la WWE llegó a a España de la mano de Telecinco, y una década después en Cuatro. Luego pasaría a otros canales como Marca, Neox y Mega. El nombre “Pressing Catch” viene de la unión de una coletilla que usaba Telecinco para sus espacios de deporte (Pressing Boxeo, Pressing Futbol) y el nombre con el que se conocía la lucha libre en España en sus momentos de mayor apogeo entre los años 1930 y 1970 (catch)
Efectivamente, el catch fue un deporte bastante popular en nuestro país a principios del siglo XX, cuando se realizaban veladas en todo el país. De la mano de la Corporación Internacional de Catch, luchadores de toda la península ofrecían un espectáculo para entretener al público y sacarse un sobresueldo.
Del papel a la pequeña pantalla
De conocimiento popular es que “se pegan de mentira”, frase a menudo utilizada para menospreciar este espectáculo y a sus seguidores. Estigma que, aunque ha decrecido proporcionalmente a la caída de interés en el espectáculo en nuestro país, aun sigue bastante vigente. Irónico es que luego esta gente disfrute de películas, series o incluso de obras de teatro en la que sus actores interpretan papeles diferentes a cómo son realmente, y donde las escenas de acción están perfectamente guionizadas y sincronizadas.
Si bien el foco principal del evento son las luchas sobre el cuadrilátero, a menudo estas vienen precedidas de una historia que se ha ido desarrollando a lo largo de un cierto tiempo (algunas veces semanas y otras incluso años). Cada semana de forma serializada un nuevo episodio presenta la trama que va evolucionado hasta su climax final, que siempre es un combate, a veces con alguna estipulación especial (poniendo la carrera, la cabellera o la máscara en juego, algún objeto valioso para ambos participantes colgando de un cable, lucha dentro de una jaula…).
Al igual que ocurre con una telenovela, perderse un episodio implica perderse parte de esta trama. Y ciertamente la comparación es bastante adecuada, pues los temas presentados son muy parecidos a los que podríamos ver en cualquier culebrón. Desde traiciones entre amigos a rupturas amorosas, pasando por acérrimos enemigos haciéndose la vida imposible o simples demostraciones de superioridad física, todo cabe para captar la atención de los millones de espectadores que todas las semanas sintonizan con la lucha libre.
Disfrutad de lo que os gusta
Tobey Maguire no trepaba muros, Daniel Radcliffe no tenía poderes mágicos, y desde luego Dwayne Johnson no aplastaba la cabeza de sus rivales. Pero lo bien que nos lo pasamos con sus historias y sus aventuras no nos lo quita nadie. Aunque se peguen de mentira.