Detective Marciano: Identidad no es tan solo el título de esta obra, es toda una declaración de intenciones. Por fin el personaje tiene la historia que hacía tanto que se merecía.

Aunque generalmente el Detective Marciano parece uno de esos personajes de fondo (quiero decir a diferencia de otros más populares o exitosos) hay que reconocer que su presencia no es baladí en el Dcverso, y esto es debido a su total vinculación con la Liga de la Justicia. Es más, no puede entenderse a este grupo sin la presencia de este héroe en sus filas, aunque como toda asociación sus miembros sean cambiantes; no es descabellado decir que el Detective Marciano es el alma, y la guía moral, de la Liga de la Justicia.

Por otro lado y aunque ha tenido diferentes colecciones con su propio nombre sus orígenes siempre han sido algo difusos, o más bien sucede que a base de intentar aclararlos y actualizarlos en ocasiones unos contradicen a otros. Hay puntos fijos como el hecho de ser el último hijo de su planeta, al igual que Superman, o la debilidad al fuego que en ocasiones es una dolencia física y en otras mental; lo que nunca ha cambiado es que es una figura del bien en la que se puede confiar.

Con matices, unos matices que cobran mucha importancia en Detective Marciano: Identidad, una obra firmada por Steve Orlando y Riley Rossmo, dúo que ya demostró su buena química en el recomendable Batman/La Sombra, y cuyo título deja bien claro el contenido del interior. Lo que el lector se va a encontrar aquí es de forma superficial una historia policíaca pero que en realidad es solo el vehículo para narrar algo muy distinto, la búsqueda del protagonista de quién es, de quién era, de quién debe ser.

No me refiero a una historia de origen (aunque lo es) como otras tantas, es más una búsqueda de la verdad, una historia sobre descubrimiento y autodefinición. Sobre aceptar el dolor y los errores del pasado para poder superarlos y enfrentarse así al presente, y por supuesto a un futuro que es inevitable que llegue. Puede que en las primeras páginas todavía el personaje no sea, o no se deje ser, el Detective Marciano pero sin duda al llegar al final se gana el derecho a serlo.

A lo largo de estas viñetas se intentan aclarar algunas incongruencias sobre el pasado del héroe marciano, sobre su familia y el final de su planeta. Su miedo al fuego, o su debilidad ante él, se mantiene pero se le dota de una explicación mucho más completa que ninguna otra hasta el momento y de igual forma se explora cómo era Marte cuando todavía era un mundo floreciente.

Por el camino los autores se permiten ahondar más que nunca su identidad de John Jones, su nombre humano y su faceta de policía terráqueo, algo que siempre ha estado ahí pero que en realidad suele quedar bastante en segundo plano cuando no relegado totalmente al olvido. Aquí esta otra vida está más viva que nunca, no es tan solo un escondite para pasar desapercibido entre los humanos, es mucho más, es una elección, es una necesidad, es una persona que existe, vive y respira.

Detective Marciano: Identidad no es tan solo el título de esta obra, es toda una declaración de intenciones. Por fin el personaje tiene la historia que hacía tanto que se merecía.

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