Daredevil es uno de los personajes más interesantes de Marvel Comics, al menos tiene el potencial para ello cuando hay un buen guionista detrás. Así que con Chip Zdarsky a los mandos podemos respirar tranquilos, aunque he de decir que con él no soy muy objetivo ya que se ha convertido en uno de mis predilectos (en el mío y en el de otros tantos).
Su visión de este diablo tiene tres cosas muy claras; la primera es que es un justiciero urbano, preocupado de defender su barrio y a sus habitantes (aunque de cuando en cuando su camino le lleve a meterse en luchas y epopeyas míticas), la segunda es que su fe es inquebrantable aunque pueda tambalearse en ocasiones (ya sea su fe en la justicia o en Dios), y la tercera es que ante todo es tan solo un hombre que intenta hacer el bien aunque esto suponga tropezar y caer (en más de una ocasión. Es en toda regla un héroe con pies de barro).
¿Con todo esto en cuenta es extraño que decida entregarse a la justicia tras cometer un asesinato? Podría no haberlo hecho, haberse quedado oculto tras su máscara, considerarlo un accidente del que no era responsable… pero no, Matt Murdock no es así. Sobre sus espaldas siempre lleva pesadas cargas, muchas veces autoimpuestas pero ese es el camino de un demonio que busca la eterna redención (si sus pecados son reales o no es otro tema).
A través de estas páginas dibujadas por Marco Checchetto el lector puede adentrarse a través de la mente de este héroe, de sus valores morales y de lo que para él es más importante que nada: la justicia. La justicia que no la ley, la ley puede retorcerse y cambiarse pero la justicia es blanca, es pura pero también es dura y como su nombre indica es justa. No, no había otra opción, Daredevil tenía que entregarse a las autoridades y asumir su condena. Era lo justo.
Pero por el camino otros personajes no opinan igual, por encima de todos su mejor amigo y colega profesional Foggy Nelson quien sabe que es imposible quitarle la idea de la cabeza, así que ni lo intenta pero luchará para que sea juzgado con todos sus derechos intactos. Y siendo un justiciero enmascarado el derecho a portar máscara es el primero. No está conforme pero respeta la decisión de su compañero, él y todo el resto de secundarios que ayudan a dar una visión más global del héroe.
Se incluyen aquí también a Wilson Fisk, en estas viñetas antiguo Kingpin de Nueva Yory y actual alcalde, que acaba de luchar mano a mano con su viejo enemigo y también Elektra, la temible asesina que fue el primer gran amor de Matt Murdock. Una de las personas que conocen su secreto, sus dos identidades, y que en este volumen tomará una decisión inesperada (quizá no tanto cuando uno reflexiona sobre ello) que la hará crecer y dar una versión de ella totalmente distinta a lo visto hasta entonces.
Este tomo incluye además el annual firmado también por Chip Zdarsky junto al dibujante Manuel García, tebeo en el que se ahonda en la vida de Mike Murdock. Es decir del hermano que Matt Murdock se inventó hace décadas y que cobró vida de forma inesperada. Un argumento aprovechado, ajustado y completado en estas páginas para establecerlo como un hecho real del universo Marvel (al menos en su momento).
Daredevil: Verdad o atrevimiento es un trozo del camino, no es el comienzo de la historia y tampoco el final de la misma. El arco estaba abierto y sigue abierto, pero a pesar de ello se disfruta realmente de unas viñetas que no piden al lector más que hacer lo suyo: sentarse a leer.
