La escritora Antonia Murgo firmando ejemplares de Miss Diciembre y el clan de Luna. Fotografía proporcionada por su editorial.

La escritora Antonia Murgo firmando ejemplares de Miss Diciembre y el clan de Luna. Fotografía proporcionada por su editorial.

¿Cómo es el mundo de Antonia Murgo? Vamos a descubrirlo.

Miss Diciembre y el clan de Luna es un cuento fantástico, naíf y muy divertido. Su protagonista es encantadora y el mundo creado por su autora, Antonia Murgo, es intrigante y divertido a partes iguales. Lo exploramos más a fondo charlando con ella.

¿Qué mensaje querías dar con esta historia?

Que si es cierto que el miedo está siempre ahí, escondido y acechando como el Hombre del saco entonces todos debemos aprender a vivir con él. No hay que dejar que nos paralice, lo que debemos hacer son mil acrobacias y volteretas para poder superarlo, como si fuéramos acróbatas de un circo. A veces necesitamos ayuda pero también los acróbatas se agarran los unos a los otros.

¿Cómo surge la trama?

Yo crecí en el sur de Italia y allá las temperaturas son templadas y no hay nieve, pero cuando me mudé a Turín la cosa era muy diferente. Los tejados de las casas eran inclinado y por las chimeneas salía el fuego de los hogares encendidos. Un día paseando por la ciudad vi una especie de melena revuelta que salía de una chimenea, en realidad solo era una masa de humo gris pero para mí era un niño travieso que salía a saludarme. Esa escena fue la inspiración para la historia y se convirtió en la primera escena de la novela.

¿Hay algo de ti en Miss Diciembre?

Sí, hay un poco de Miss Diciembre en mí pero también un poco de Corvin. Quedo con amigos y hablo mucho con ellos, les cuento historias e intento que se diviertan, un poco como un artista de circo. Pero cuando llego a casa necesito mi propio espacio, un rincón tranquilo en el que poder esconderme, pensar, leer e imaginar. Igual que Corvin que busca se oculta en estufas y chimeneas encendidas.

Si de niña hubieras podido leer tu propio libro, ¿te habría gustado?

Lo cierto es que cuando era pequeña no me gustaba leer. Leí mi primer libro con seis año, se llamaba Ciondolino. Iba sobre un niño que se convertía en una hormiga y tenía una aventura en el mundo de los insectos. Bien, a mí me asustan los insectos y para mí ese libro era un libro de terror, así que tardé años en volver a leer. En el instituto empecé a llevar gafas y me hacían parecer muy inteligente, así que mis amigos y familiares empezaron a regalarme libros, uno de ellos era El jardín secreto y ese libro tenía todo lo que podía querer. Una casa enorme llena de secretos y misterios, una amistad de verdad y un protagonista que nunca se rendía, algo que sin proponérmelo usé como ingredientes en mi propio libro. Por eso creo que sí me hubiera gustado, así eran mis favoritos.

¿Por qué coger a una figura aterradora como el Hombre del saco y darle ese giro?

En Italia hay una nana que dice “Ninna nanna, ninna oh, questo bimbo a chi lo dò, lo darò all’Uomo Nero che lo tiene un anno intero” (-Traducción aproximada: Oh, a quién le daré este bebé, se lo daré al Hombre del saco que lo guardará un año entero-). A mí me emocionaba la idea de que el Hombre del saco pudiera secuestrarme, así no tendría que ir al colegio en todo un año, podría vivir en un enorme castillo, tener una habitación enorme, jugar en un jardín y tener una cocinera a mi servicio. Nunca creí que el Hombre del saco fuera malo, si aparecía en una nana es que no podía ser malo.

Fin de la primera parte de la entrevista a Antonia Murgo, autora de Miss Diciembre y el clan de Luna.

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Portada de Miss Diciembre y el clan de Luna
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