Los tres miembros fundadores de Los Cazafantasmas
En el año 1984 llegó a los cines Los Cazafantasmas, un filme con sus carencias pero muy resultón de un grupo de amigos que montan su propio negocio (en realidad es eso) y que se convirtió en una de las grandes comedias de su época y del cine estadounidense. El guion inicial de Dan Aykroyd cambió cuando este se unió a Harold Ramis, ambos participaron en el filme como actores y se unía a ellos Bill Murray como el tercero del grupo de amigos iniciales, además contó con una muy acertada dirección de Ivan Reitman y las participaciones de Sigourney Weaver, Rick Moranis, Annie Potts y Ernie Hudson. La mezcla resultante fue espectacular, todo un éxito que costó 30 millones de dólares y recaudó la friolera de 295.
Había que explotar más la franquicia y se hizo en 1989. Llegó a los cines una segunda parte en que repetía todo el elenco de la original, el presupuesto fue bastante similar al de la primera entrega y resultó otro éxito aunque algo por debajo tanto en su recaudación como en sus éxitos artísticos. Se saldó con 215 millones y a pesar de ser divertida, con momentos brillantes, siempre está a la sombra de la estrenada en 1984 sin lograr igualarla y, en ocasiones, notándose una cierta precipitación, un guion más inconsistente y algo de improvisación en lo que a la trama se refiere (no así en los diálogos que son estupendos y eso que Ramis, Aykroyd y Murray improvisaron gran parte de ellos en ambas producciones).
La nueva vida de la franquicia
Tras años de idas y venidas en que la franquicia seguía viva a través de las series animadas, dos de las que se ha hablado en este medio en un artículo de Jordi Olivera, podéis leerlo aquí, y también gracias al mundo del videojuego llegó el 2016 cuando se lanzó una tercera entrega cinematográfica, o casi. El filme en cuestión, que es bastante divertido, omitía totalmente los hechos de las dos primeras partes, presentaba a un equipo desde cero e ignoraba todo el canon existente. A pesar de ello el producto resultante fue un entretenido título veraniego de corte más juvenil, costó 144 millones y recaudó 229 lo que canceló la idea de una posible secuela con esta agrupación.
Algunas voces iniciales, llenas de prejuicios, culparon al protagonismo femenino de este (con matices) fracaso… ¡incluso antes de que se estrenara!, pero ese no era el problema de la propuesta y quedó demostrado tiempo después. Un lustro más tarde llegó a las pantallas Cazafantasmas: Más allá que de nuevo tenía un personaje principal femenino, en concreto a una niña, y el resultado fue muy distinto en muchos sentidos. En esta ocasión el presupuesto fue menor, 75 millones, pero logró hacerse con 204 además del beneplácito del público y de la crítica ¿El motivo? Muy sencillo, aquí sí era una tercera entrega, sí había conexión con las películas clásicas, había una unión entre ambas generaciones y un total respeto en vez de una omisión completa.
La resurreción de la saga
Tal vez no fue un éxito aplastador pero las cuentas salían y sirvió para reactivar el interés en la franquicia además de dar una nueva vida a la saga, todo ello sumando algo que se pedía desde hacía mucho: un nuevo equipo que fuera tutelado por el original (algo que sí sucedía en la serie Extreme Ghostbusters o El regreso de los Cazafantasmas). Esta resurrección y nuevas fuerzas quedaron confirmadas con el anuncio de una secuela con el título de Cazafantasmas: Imperio helado.
El estreno del trailer de esta cuarta parte fue muy esperado y se llevó bastantes aplausos y buenos comentarios por lo que presentaba y parecía presagiar, al menos lo que se desprendía del adelanto mostrado. En este caso una nueva aventura que aunque beba de lo anterior y de la mitología nacida en 1984 parece buscar su propia identidad en vez de querer ser deudora de la misma, se marca un nuevo camino que, con suerte y ojalá buenos guiones, será más explorado en el futuro en nuevas entregas de la franquicia.
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