Hace pocos meses se estrenó Barbie en cines y lo arrasó todo. Un clamoroso éxito de crítica y público que ha abierto las puertas a próximas películas basadas en licencias de Mattel, preparaos para la avalancha de nuevos filmes inspirados en juguetes. Quizá sean el próximo gran movimiento de Hollywood.
Pero si bien Barbie es una muñeca imbatible, líder de ventas y tremendamente poderosa también ha tenido tiempos de tambaleo, de ver peligrar su reino. En concreto en 2001 frente a las Bratz, unas dolls que en su momento resultaron todo un éxito y que plantearon que la rubia favorita de todos se había quedado estancada en el pasado. Pero hay hueco y público para ambas, al menos así lo entiende Orly Lobel, profesora de derecho de la universidad de San Diego, con la que he conversado brevemente sobre este tema dado su conocimiento del mismo como autora del libro You Don’t Own Me: How Mattel V. MGA Entertainment Exposed Barbie’s Dark Side (todavía sin publicar en España).
Barbie vivía en el pasado, Bratz era el presente
Para ella “parte del éxito de Barbie se debe a que Mattel controla su imagen y no permite que sus competidores ingresen al mercado”. Algo que puede sonar, de primeras, bueno para la empresa pero que “también fue parte de sus fracasos: no cambió durante años y la empresa tardó mucho en llevarla al siglo XXI”, y es que “Mattel no había logrado introducir diversidad en su línea de muñecas, tanto en etnicidad como en tipos de cuerpos, hasta que apareció Bratz y les presentó un desafío y una motivación para que Barbie se actualizara”.
De esta forma Lobel afirma que “El éxito de Bratz estuvo relacionado con el hecho de que Barbie era demasiado monolítica, demasiado básica y anticuada”, era vista (en su momento) como la muñeca de nuestras madres, tías y hermanas mayores. Mientras que “Bratz representa un grupo multiétnico de chicas más realistas, más empoderadas, malcriadas y geniales”, en toda regla fue la idea adecuada en el momento adecuado. La propuesta ganó la partida siendo más atrevida y fijándose en el mundo real, en cómo eran las posibles compradoras y no tanto en suposiciones basadas en éxitos y décadas anteriores.
En su momento Barbie lo cambió todo
Algo que sin duda fue un gran fallo para una muñeca que siempre se ha sustentado en un gran potencial feminista dejando claro que las niñas, y cualquiera que juegue con Barbie, puede elegir qué camino seguirá ya que “permite a las niñas imaginar sus carreras”. Conviene recordar aquí que cuando la juguetera la lanzó al mercado en 1959 las únicas opciones disponibles desde siempre habían sido los bebés, las cocinitas y similares. En este sentido Barbie fue todo un revulsivo, no era una madre o una ama de casa, era una joven que podía elegir todo en su vida y decidir su destino.
Su llegada cambió muchas cosas y con el paso del tiempo también provocó una inevitable transformación en el público y sus demandas, motivo por el que hoy “hay lugar para ambas muñecas en el mundo” y es que “necesitamos más opciones para que los consumidores puedan jugar y revolver nuestra cultura”. Al final, como la mayoría de cosas en la vida, es una cuestión de elección propia, ¿qué muñeca prefieres? ¿Barbie o Bratz?
Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012