Libros de documentación

Libros de documentación

A la hora de escribir artículos y libros es muy importante la documentación.

De forma habitual suelo leer muchos libros de no ficción (también de ficción, claro), siempre me resulta interesante ahondar en mayor profundidad en temas que conozco y todavía más hacerlo en otros que desconozco. El mundo es un lugar maravilloso lleno de situaciones y hechos que rodean a aquello que seguimos y admiramos, puedes sencillamente sentarte a ver esa serie que te gusta o también investigar sobre la misma, sus actores, el hecho que trata…

Esto es extrapolable a cualquier otra situación, bien sea una obra teatral, un muñeco que te has comprado, una canción que descubres o ese autor con el que te reencuentras. Libros hay de todo y lo digo por experiencia, yo mismo he escrito volúmenes de temas tan diversos como las figuras de acción, Doctor Who, el cine y el estilo o los viajes en el tiempo, entre otros. Pero lo que nunca puede faltar es una buena documentación, es la base de todo. Si no fijas bien los datos, compruebas y corroboras entonces lo único que tendrás es un bonito álbum de fotos (o ni eso si resulta que solo hay texto y ninguna imagen).

La documentación lo es todo

Y digo esto dado que es por desgracia muy habitual encontrarse títulos en teoría especializados que comenten fallos garrafales. No me refiero a un tropiezo o un despiste, todos los cometemos y el que diga que no está mintiendo cual bellaco, me refiero a errores importantes en situaciones, datos y hechos que son fácilmente solventables con algo (o mucho) trabajo. Puntos que te sacan de la lectura y que, lo peor, hará que otros asuman esos datos erróneos como correctos al desconocerlos.

Por citar algunos que me he encontrado: confundir a Bruce Wayne con Bruce Banner (es decir, afirmar que Hulk es Bruce Wayne que en realidad es Batman), indicar que el club de Superman en sus orígenes regalaba un botón (debido a una mala traducción de button badge que es una chapa), creer que el lugar de rodaje de El prisionero es un escenario que construyó la ITV en vez de un lugar real llamado Portmeirion (algo que, además, se indica claramente en los títulos de apertura del episodio doble final), o confundir a Stan Lee y Jim Lee al hablar de un personaje creado por el segundo y asumido como del primero (lo que además es un viejo chiste de una tira de Cels Piñol y fue sorprendente ver que sucedía en un libro reciente).

La responsabilidad del que escribe

Como autores, como periodistas, como escritores, como alguien que escribe un libro o un artículo que va a ser leído por otros tenemos la responsabilidad de hacer nuestro trabajo de la mejor forma posible. No caer en supuestos y medios conocimientos es algo básico, un ejemplo: en mi libro De Spider-Man a G.I. Joe: La acción figura el corrector editorial del mismo en una anotación indicaba que era imposible que la fecha de creación de las figuras de acción de Masters del Universo fuese anterior a la de la serie de animación. Lo era, primero se crearon los muñecos (igual que en G.I. Joe y otros tantos) y posteriormente los dibujos, posiblemente su asunción fue que para que hubiera juguetes la producción catódica debía triunfar de forma previa.

El dato se quedó según lo había escrito, de la forma en que era correcto, dado que el firmante del trabajo era yo. La responsabilidad era mía, el respeto al lector era mío, el cuidado sobre el tema del que hablaba era mío. Siempre que uno escribe, sea el tema que sea, y publica abre su texto a ser leído por centenares de personas y por ello debemos ser extremadamente cuidadosos en qué escribimos, en cómo nos documentamos y no caer en supuestos que no comprobamos. Aunque lo tengas claro haz una comprobación, ¿o quieres confundir a Jim Lee con Stan Lee?

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