U.S.Agente: Fanático americano es un intento de llevar a John Walker a un nuevo lugar.

Muchas veces, y todos pecamos de ello, tendemos a leer solo aquello que nos gusta. Nos arriesgamos menos de lo que deberíamos, ya sea con un estilo que en principio no nos seduce o un personaje que nunca nos ha llamado, pero hay que saber salir de la zona de confort y leer materiales de todo tipo. Esta es la única forma de ampliar gustos, conocer nuevos autores y quizá encontrarnos con alguna joya.

No os voy a decir que os leáis Los protocolos de los sabios de Sión (que podéis, sabiendo de principio que es todo falso), pero sí que piquéis un poco en temas y materias que no os atraigan. En mi caso he de confesar que el U.S.Agente jamás ha sido de mi interés, en gran parte por mi purismo frente al Capitán América, es decir el Steve Rogers original, y también por la forma de ser habitual de este otro abanderado.

Pero cuando se lanzó a la venta U.S.Agente: Fanático americano salí de esa pequeña zona de confort y me lancé a la lectura, y menos que lo hice. Esta miniserie es una lectura estupenda, con una fuerte dosis de crítica a la Norteamérica actual como ya sucedía en Vota a Loki, aunque con enfoques e ideas diferentes, casi tanto como su puesta en escena.

Aunque por encima de todo, lo que es este tomo es un intento de llevar a John Walker a un nuevo lugar, hacer que deje atrás sus intentos de ser un superhéroe y que sea lo que puede ser, tan solo un héroe. O más bien, un hombre que hace lo que puede para hacer del mundo un lugar mejor y ayudar a aquellos que se lo piden.

Claro está que su ideología y forma de ser no siempre es compartida, es más y siendo bastante directos, en general es lo que se podría decir un personaje bastante ahostiable. ¿Pero qué motivo hay para ello? Lo comparamos siempre con Steve Rogers, con el Capitán América, con ese hombre perfecto que sabe de forma innata qué está bien y qué está mal, capaz de representar un sueño universal (más que el simple sueño americano) y no tanto a los diferentes gobiernos e instituciones.

No es así en el caso de Walker, que por encima de todo es un soldado, su misión es cumplir la órdenes que se le dan y no hay nada más allá de esto. Claro está, es complicado que se logre tener simpatía por él, ¿cómo vamos a tenerlas? Ese es parte del trabajo que Christopher Priest y George Jeanty deben hacer, y creedme si os digo que cuando terminéis U.S.Agente: Fanático americano quizá no querréis que su protagonista vaya a vuestra ciudad a salvaros de nada, pero quizá sí que os apetezca tomaros un par de cervezas con él.

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