El actor protagonista de Solitud. Créditos: Inopia Films/divisa Films
Solitud no es una película para todo el mundo, pero si entras en ella descubrirás la vida con lo bueno y lo malo de la misma.

Solitud no es una película para todo el mundo. Tampoco lo es Con la marea (The King Tide). Hay películas, obras de todo tipo dado que esto también sucede en el mundo literario y en cualquier expresión artística, que no son para un público mayoritario. El tema que tratan, la forma de hacerlo, su narrativa… Y Solitud es uno de estos títulos.

Una nueva vida

La trama presenta a Gunnar, Þröstur Leó Gunnarsson, un hombre en apariencia solitario, quien se ve obligado a vender su antigua granja familiar, dejar atrás a su caballo y mudarse a la ciudad. No es una vida que le guste hasta que el niño Ari, Hermann Samúelsson, se cruza en su camino y nacerá entonces una amistad sana y preciosa.

El antiguo solitario descubrirá una nueva vida, el valor de pequeñas cosas que antes se le pasaban por alto, incluyendo la pizza (si algo aprendimos con Soul es que la pizza es el sentido de la vida). Y es que, aunque la vida no sea fácil sí es sencilla y, como digo en muchos vídeos en Tik Tok, es un lugar maravilloso para estar.

El actor protagonista de Solitud. Créditos: Inopia Films/divisa Films

El mundo hostil de Solitud

El punto fuerte de Solitud son las actuaciones de sus dos protagonistas, los ya mentados Þröstur Leó Gunnarsson y Hermann Samúelsson. Su interpretación es suave, tierna y efectiva. Son humanos, son sensibles, viven en un mundo que a veces es hostil pero en el que, contra todo pronóstico, aparece su amistad y está les hará ser más fuertes.

La dirección de actores no solo cumple, rebasa y no se queda atrás el resto de labores de dirección de Ninna Pálmadóttir. En todo momento el producto se ha cuidado, mimado y se ha pretendido que el resultado sea el mejor posible sin preocuparse de duración, de si gustará o no, sin que importe nada que no sea el propio producto en sí mismo.

La preciosa y calmada fotografía

Este mimo y cuidado resalta en el apartado de la fotografía. Una fotografía dulce y tranquila, logra transportarte a la belleza de la vida pero también mostrarte lo amargo de la soledad no elegida, aunque deje claro que también hay una cierta belleza implícita en ella.

De entre todo lo que he visto en este 2024 (aunque su estreno original fue en 2023) destaca en este apartado, quizá solo pueda competir con Here (otro título que no es para todo el mundo) o con Vesper. Esta última fue una preciosa fábula estrenada el pasado 2023, una pequeña joya de la ciencia ficción que es muy recomendable.

El niño que lo cambia todo en Solitud. Créditos: Inopia Films/divisa Films
El niño que lo cambia todo en Solitud. Créditos: Inopia Films/divisa Films

La vida y sus avatares

Y, para bien y para mal, Solitud también habla de la tragedia de la vida, de los errores, de los maltentendidos, de las familias disfuncionales, del oscuro pensamiento que a veces tenemos los adultos. Su guionista, Rúnar Rúnarsson, ha sabido incluir en un metraje bastante escueto (poco más de una hora) minutos, muy por debajo de la media de filmes de la actualidad) un gran número de temas complejos, delicados y no siempre sencillos de tratar.

Solitud es una película sobre la vida, sobre las elecciones que tomamos y las que no tomamos. Una demostración de que todo momento, como también dejó claro Inside Out (Del revés), tiene su parte de alegría y su parte de tristeza. Y a veces, más de las que solemos pensar, que sea una u otra es una cuestión de elección.

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