Logo provisional de Los versos de la magia: El hijo de la hechicera

Logo provisional de Los versos de la magia: El hijo de la hechicera

Un pequeño pueblecito muy importante en la novela.

Próximamente podrás leer la novela Los versos de la magia: El hijo de la hechicera, una historia de fantasía, amistad y magia que estará disponible bajo demanda a través de Amazon. Hace poco se presentó aquí el reino de Eskardia, un lugar imposible situado en otra dimensión en el que transcurre parte de la trama y ahora es el momento de hacer lo mismo con Forest Rain.

En este caso de trata de un pequeño pueblecito, igual de ficticio que Eskardia, que está en nuestro mundo. Una localidad tranquila y con no muchos habitantes que se convertirá en el centro de la aventura y en la que varios personajes se cruzarán cambiando sus vidas para siempre. Así que vamos a ello con con un breve extracto de la novela.

Parte de la portada provisional de Los versos de la magia: El hijo de la hechicera que muestra Forest Rain
Parte de la portada provisional de Los versos de la magia: El hijo de la hechicera que muestra Forest Rain

Sobre Forest Rain

En el libro se dice esto al respecto “El viejo y ya pasado de moda monovolumen recorría prácticamente solo la carretera; hacía largo rato que no se veía a nadie más transitando por ella. Era un utilitario familiar, de color blanco y a través de sus ventanas las dos pasajeras no lograban ver algo que no fueran árboles y lluvia, a excepción de más árboles y más lluvia. Muy adecuado y literal, ya que el pueblo al que Candy y su madre se dirigían se llamaba Forest Rain. Era una pequeña localidad al norte de la ciudad en la que hasta entonces habían vivido (durante toda su vida, en el caso de la más joven). No estaba muy lejos de la capital, se podía llegar fácilmente en autobús e incluso tenía una estación de tren propia que la comunicaba rápidamente con cualquier punto del país.

No era el típico pueblecito tan habitual del cine de terror, ese en el que no vive nadie salvo una familia de pirados. Ese mismo en el que todos sabemos que alguien terminará volviéndose completamente loco, quizá poniéndose una máscara de cuero o una de fantasma antes de cepillarse a cuchilladas a la mitad de los jóvenes que van al lago de excursión. Eso pensaba la muchacha para sus adentros mientras buscaba en su móvil información del sitio, veía fotos del mismo y leía comentarios de gente que había ido de acampada, personas que evidentemente no habían sido descuartizados por ningún tipo enorme con una motosierra gigante.”.

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