¡Robin! El compañero de Batman cumple 80 años y eso hay que celebrarlo.

Prácticamente siempre que se habla de Batman, se le retrata como a un hombre solitario incapaz de tener relaciones de ningún tipo, bien sean estas de amistad, amor o familiares. Curiosamente, a pesar de esta idea generalizada, es un personaje con extensos y fuertes lazos que van desde Batgirl a Superman, pasando por Catwoman o Metamorfo, entre otros tantos.

La batfmilia no es precisamente algo actual, es un clásico en su mitología y empezó en 1940 cuando el joven Dick Grayson empezó a trabajar a su lado con el nombre de Robin. Si uno era oscuro, serio y en ocasiones taciturno, bien diferente es su compañero, un muchacho colorido, alegre y siempre con una sonrisa en la boca.

Por supuesto el tiempo pasa para todos, incluso para los héroes del cómic, y el niño se hizo hombre. Así, casi medio siglo después en 1984, dejó atrás el uniforme rojo y amarillo para erigirse como Nigthwing. Ya no sería más el ayudante de Batman, si acaso su amigo y compañero ocasional, pero desde ese momento él marcaría las reglas de su propio mundo.

Tras su marcha llegaron otros jóvenes para recoger el testigo, el primero fue el malogrado Jason Todd. Hizo aparición en 1983, en un primer momento siendo prácticamente una réplica de su antecesor, algo que cambió posteriormente retratándolo como un rebelde, y finalmente muriendo a manos del Joker en 1988. Pero esto es el mundo de las viñetas, y regresó de entre los muertos en la década de los 2000 para convertirse en Capucha roja, un antihéroe en toda regla.

Tim Drake es el tercer joven en ser llamado Robin, pensado como sustituto de Jason Todd y gozando de gran popularidad durante los años noventa del siglo XX. Esto se debió a una actualización y revitalización del personaje que era muy necesaria, logrando darle su propia identidad más allá de Batman y, muy importante, más allá de sus dos antecesores.

En cuarto lugar hay que mentar a Sthepanie Brown, seguramente la más desconocida de toda esta lista. Hija de un villano intentó redimirse al convertirse en una luchadora contra el crimen llamada Spoiler, tuvo varios encuentros y aventuras con Tim Drake lo que llevó a un romance. Posteriormente siguió sus pasos como compañera de Batman, e incluso más tarde llegó a convertise en la cuarta Batgirl tras la renuncia de Cassandra Cain.

Y finalmente, en quinto lugar, está Damian Wayne, el primero en ser hijo natural de Bruce Wayne y, al menos según él lo entiende, único realmente digno de ser su compañero y futuro Batman. Este niño apareció por primera vez en 2006 (con matices, eso sí) como descendiente directo del héroe y la villana Talia al Ghul quien lo entrenó desde su nacimiento logrando convertirlo en una máquina de matar. Su trágica infancia incluye una muerte a manos de un clon, crecido y ya adulto, y por supuesto su más que previsible resurrección.

Un total de cinco jóvenes han portado de forma canónica el manto del petirrojo, cada uno de ellos diferente y único, cada uno de ellos con su momento protagónico en el tomo Robin: especial 80 aniversario que sirve como homenaje a la vez que como puerta de entrada para los que no conozcan al personaje (algo que, debo decir, dudo que sea posible. ¿De verdad hay alguien que no sepa quiénes son Batman y Robin?).

A lo largo de las páginas de este tomo en tapa dura se dan cita nombres de autores como los muy reputados dibujantes Dan Jurgen o Tom Grummet, y guionistas como Marv Wolfman, Chuck Dixon, Tom King o Devin Grayson, entre otros tantos. Su arte y su profesionalidad nutre a este recopilatorio de buenas y entretenidas historias, que si bien son tan solo puro entretenimiento (y no pasa nada, no todo debe ser transcendente) también son una explicación clara y sencilla de cómo es cada uno de estos Robins, de su relación con Batman y, quizá por encima de todo, su sentimiento para con los otros portadores del nombre.

No se puede entender a Batman como un solitario, no en realidad, y no se puede entender Batman sin Robin. De ninguna forma. Una amistad que comenzó en 1940, que ha crecido, cambiado y evolucionado, y que jamás terminará.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *