A finales de enero de este año llegó a las tiendas la novela En tierra de demonios, obra en la que me adentro en un mundo conquistado por criaturas del Averno y por el que la editorial Unrated me está llevando por diferentes eventos. El primero fue Starraco en Tarragona y el segundo el Salón del Cómic de Valencia en el que estuve el fin de semana pasado, un acto del que había oído opiniones muy buenas y si bien creo que quizá eran algo exageradas no iban desencaminadas.
Para algunos es un Salón mejor y más potente que el de Barcelona, no puedo opinar de ediciones anteriores pero en lo que respecta a esta no creo que haya sido así. Eso no quiere decir, ni de lejos, que no haya sido una buena feria, lo ha sido y además muy disfrutable, pero sucede que el Cómic Barcelona tiene unas dimensiones y propuestas que es complicado que hoy por hoy otra celebración pueda igualar (hoy por hoy, el futuro nadie puede saberlo).
Un público entregado
El Salón del Cómic de Valencia tiene una buena mezcla de tiendas y editoriales, así que es muy sencillo hacerse con los tebeos que uno busca, con la figura de turno o conocer a los diferentes autores que allí nos dimos cita. Algunos con enormes colas como es el caso de Paco Roca y otros, más modestos y pequeñitos, con un goteo que por suerte fue constante. Miles de personas pasearon por el pabellón, personas de todo tipo, jóvenes amigos disfrazados que iban a pasar la tarde, familias enteras que compartían su afición, ávidos coleccionistas de firmas…
Es cierto que el estar todo, o casi, en un mismo pabellón puede hacer que se vea ambiente y un cierto jaleo que da vida pero también que el barullo sea más de lo conveniente. Esto sucede por un hecho muy sencillo, hay escenarios para charlas y actividades, a la vez que están los espacios de asociaciones, junto con las tiendas, editoriales y las personas del Artist Alley intentando vender su material a los visitantes y todo ello coronado con los que curiosean por las exposiciones. Al final el sonido ambiental es de caos y ruido, se mezclan las músicas de un lado con las voces de otro…
El Salón del cómic de Valencia pide crecer
Es cuestión de crecer, de ampliar todo sumando un pabellón y dejar que haya más espacio entre una actividad y otra, a fin de cuentas lo que mueve al que va con su asociación y lo que mueve al que va con su editorial son motivos totalmente diferentes, igual que el que acude a pasar la tarde con sus amigos o el que va a buscar firmas. Esto es algo que sucederá, no tengo duda, en vista de cómo ha ido esta edición, de la respuesta del público y las ganas evidentes que había entre los asistentes de que el evento vaya a más.
No puedo decir que el Salón del Cómic de Valencia sea el mejor de España, a lo largo de los años he acudido a ferias en muchas ciudades pero no a todas las que se hacen (se celebran muchas, muchísimas), pero sí puedo decir que es una cita que no defrauda, que deja con ganas de más y que en próximos años va a ir hacia arriba. Presta atención para el próximo año y marca los días en tu agenda, no te arrepentirás.
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