No puede dudarse que Astérix es uno de los personajes más conocidos y populares del mundo de las viñetas. Sus aventuras junto a su inseparable Obélix han sido traducidas a decenas de idiomas, han saltado varias veces a otros medios y han sido homenajeadas infinidad de veces por otros autores. Y sí, también parodiadas.
Y en realidad la parodia es una de las formas más hermosas de homenaje que existen, siempre que no sea hecha con afán destructivo (claro está). Puede que muchos no conozcan el álbum Las aventuras de Isterix, algo lógico ya que se publicó en 1988, fue un recopilatorio con algunas divertidas versiones de los icónicos galos. Todos ellas lograban hacerte reír, con mejor o peor tino, y siempre notándose el cariño y respeto hacia la creación de Goscinny y Uderzo.
Esto mismo está presente en ¡Por Tutatis! de Lewis Trondheim, en el que introduce a su Lapinot en el pasado. No solo eso, por un motivo (que se explica pero no revelaré por no hacer destripes innecesarios) desconocido ocupa el lugar de Astérix y así es percibido por todos los de su alrededor. Mientras tanto el no entiende qué pasa, ya que aunque parece el pasado no lo es, está dentro de las viñetas que todos conocemos y amamos.
¿O no? Si bien los galos son totalmente reconocibles hay varios hechos que difieren, el más relevante la inocente y humorística violencia tan característica de estas historias que aquí se convierte en una acción con consecuencias reales. De esta forma Lewis Trondheim deconstruye el mito de los galos pero lo hace con una base que siempre estuvo ahí, solo que ninguno supimos verlo (y es que el humor lo puede todo).
Poco a poco la trama avanza y como una cebolla muestra sus diferentes capas, más ricas para los que conocen a Lapinot pero totalmente comprensibles y disfrutables para los que no saben quién es. A fin de cuentas todo el ambiente y personajes que aparecen, o casi, son de las aventuras de Astérix y ese es sin duda un terreno conocido para todos los lectores. Es por ello que el autor no se enreda en dar explicaciones innecesarias, prefiere hacer avanzar la trama para disfrute de los que están al otro lado de la viñeta.
¡Por Tutatis! Es una parodia deconstructiva que entretiene, hace reír y deja claro el amor que el dibujante siente por los galos. O dicho de otro modo, si eres fan de la creación de Goscinny y Uderzo entonces tienes que hacerte con este álbum (y ponerlo justo al lado de Las aventuras de Isterix).