Mundo mutante es una obra redonda y sin fisuras, una muestra del mejor Richard Corben.

Richard Corben es uno de los autores que más recuerdo de mi infancia, tuve la gran fortuna de que mi padre fuera lector de cómics y de ciencia ficción, así que desde bien pequeño pude maravillarme con los fascinantes mundos que creaba este profesional Desde las divertidas historias de Den, incluyendo su adaptación en animación en la película Heavy Metal, pasando por la emotiva Vic & Blood con guion de Harlan Ellison (basada en su propia obra, Un muchacho y su perro) y, por supuesto, el caos lleno de desesperación y humor que es Mundo mutante (inspirado parcialmente por su Heirs of Earth de 1971).

Cuenta aquí con la ayuda de un guionista, en concreto del escritor Jan Strnad que quizá sea familiar a los lectores del antiguo universo expandido de Star Wars (hoy conocido como Legends), que ya era viejo conocido suyo. Ambos autores habían colaborado en diversas ocasiones en el pasado, la primera en 1971, así que en 1984 los dos conocían a a la perfección las capacidades del otro lo que hace que sea realmente complicado saber dónde empieza empieza y termina cada uno.

La unión de ambos en Mundo mutante da por resultado un relato que viaja a partes iguales por la desesperación humana (¿sería mejor decir mutante?) y el engaño descarnado, pero también por la amistad sincera y el valor que cada uno alberga en su interior, con un cierre que quizá sorprenda a los más novatos pero que es el único que podía tener. Si bien hay que aclarar que este acuerdo profesional no se da desde el principio del cómic, ya que Jan Strnad empezó a escribir a partir del tercer capítulo (en origen fue una historia seriada), siendo los dos primeros apartados obra única de Richard Corben.

Hay que decir que en realidad este último no llevaba ni una década como dibujante profesional, pero estaba ya en su mejor momento y sus láminas así lo demuestran. Es capaz de combinar con sorprendente habilidad las figuras y rostros más caricaturescos con palpables muestras de realidad (de realidad postapocalíptica, en este caso), a la vez que crea un mundo complejo lleno de luces y sombras en el que en cualquier esquina acecha el peligro más inimaginable.

Mundo mutante es una obra redonda y sin fisuras, perfecta para los que ya somos fans del artista desde hace años pero también ideal para los que quieren adentrarse en su trabajo por primera vez. Su historia es sencilla de seguir, empieza y cierra sin exigir al lector conocer nada de antemano sobre su creador o sus creaciones.

Y si alguien se queda con ganas de más, que no se preocupe, seis años después, en 1990, el escritor y el dibujante dieron a luz a la muy esperada secuela, Hijos del Mundo mutante. Y que nadie se preocupe, está dentro de los futuros planes editoriales de ECC.

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