De nuevo la historia de las hermanas March llega a la gran pantalla

Los clásicos lo son por algo, logran perdurar en nuestras mentes, en nuestras vidas y en nuestros recuerdos. Pasan de una generación a otra y permanecen presentes mucho más allá del tiempo de su autor. Mujercitas es la novela más conocida de Louisa May Alcott, de la que escribió varias secuelas que fueron expandiendo la historia de las hermanas March, una historia que ha sido adaptada tanto en el cine como en la televisión en varias ocasiones, de entre las que destaca la realizada en 1949 por Mervyn LeRoy con la participación de Elizabeth Taylor y Janet Leigh.

Ahora medio siglo después, en 2019, Greta Gerwig se pone a los mandos de una nueva versión que cuenta con el protagonismo de Soairse Ronan como Jo March, repitiendo así el dúo profesional que ya trabajó junto en Lady Bird. Al lado de esta actriz hay otras grandes intérpretes como las muy talentosas Emma Watson como Meg March, Laura Dern como la comprensiva y fuerte Marmee (madre de las cuatro mujercitas), y la siempre magnífica Meryl Streep como la ácida, huraña y carismática tía March. Un muy buen reparto que es lo mejor de la película, la química lograda por las hermanas March es estupenda, al igual que los diálogos y la puesta en escena, tanto en fotografía cómo es la ambientación.

Realmente no hay nada criticable en esta versión de 2019 de Mujercitas, todo es correcto, la música es buena, y el material de origen es legendario… pero le falta chispa. La película cumple con lo esperado, pero carece de sentimientos, puede que sea que la historia se ha contado demasiadas veces o igual es que simplemente muchos de los temas que se tratan están ampliamente superados. No ayuda la elección de la directora de crear un relato que pasa constantemente del presente al pasado, en ocasiones haciendo que sea más complejo de seguir que en lugar de aportar algo al espectador.

Al salir del pasé charlé brevemente con un colega profesional sobre la película que acabábamos de ver, y ambos coincidíamos en casi todos los puntos. No había nada erróneo en el filme, estaba bien llevado, la dirección era sólida y las actuaciones buenas, pero sencillamente no tenía vida propia y eso es una lástima en una producción que se basa en un clásico tan conocido y que cuenta con un reparto tan estupendo.

Es complicado saber si esta película gustará o no al público, lo tiene todo para lograrlo pero también para pasar totalmente desapercibida.

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