De forma reciente el conocido Mauro Entrialgo ha lanzado el libro Malismo con la editorial Capitán Swing, un ensayo centrado en el cada vez más habitual ensalzamiento público de la maldad, del ataque, del golpe y del insulto al contrario. Hablamos brevemente con él al respecto de este libro y esta tendencia política y social.
Por lo general cuando se piensa en Mauro Entrialgo se piensa en un viñetista, ¿por qué enfrentar este tema en un ensayo y no en formato cómic?
En realidad, me dedico a contar historias con distintos medios. Lo que pasa es que soy más conocido por aquellas que cuento mediante las historietas. En este caso, necesitaba ofrecer muchos datos y reflexiones complejas y me pareció más adecuado y preciso para ello el texto puro. Además, a mi dibujo expresionista se le presupone una dosis de hipérbole, que es uno de los mecanismos del humor más habituales en el humor gráfico. Y los ejemplos que pongo en el libro, por muy delirantes que sean, se ajustan exactamente a la realidad, no quería que parecieran exageraciones con finalidades humorísticas.
Hay una ostentación del mal, es cierto, ¿pero realmente hay una apología del mal? No diré que todos pero la mayoría hacen un mal de postureo, ninguno hace alabanza real de maldad como asesinatos, violencia…
El malismo es confesar deseos y acciones malvadas con la finalidad de obtener un beneficio. Obviamente, esas maldades pueden ser ciertas o impostadas. No todo el que decía en el cole que había robado exámenes los había robado de verdad. Pero claro que hay una apología del mal directa y claro que existen casos en las que se hace alabanza real de la maldad, por supuesto de la violencia, y por supuesto que llega en muchos casos al asesinato.
En el libro doy bastantes ejemplos. Los miembros de la manada difundían sus violaciones grupales entre su banda de amigos. Y si se quieren ver asesinatos, solo hay que pasarse por el canal de Telegram «72 vírgenes sin censura” de las IDF israelíes donde los soldados de este ejército se dedican a difundir sus propios crímenes de guerra con el objeto de ser más populares entre sus compañeros. O entre cualquiera que se apunte a él, porque es de acceso abierto. En las 24 horas que aguanté suscrito a eso vi más cadáveres de personas asesinadas que en un año en el Telediario.
Esto no es nuevo. Ya en Frasier el personaje de Bulldog trataba mal a sus oyentes y a ellos les encantaba, ¿a qué achacas este auge de los últimos años?
No es nuevo. Pero la estrategia ya no es anecdótica ni restringida a círculos de colegas o aficionados. Y he considerado que, debido a su proliferación en tantos sectores de nuestra vida, merecía ya un nombre para que nos pase menos desapercibida. En tiempos de Frasier su uso era restringidísimo y resultaba muy ridículo al público general, como prueba que se inspirasen en él las sitcoms. Pero el Bulldog de Fraisier o el nazi de la sopa de Seinfeld no habrían ganado elecciones; Trump o Ayuso sí que las ganan ahora.
No tengo muy claro a qué se debe su auge. Los humoristas solemos señalar cosas que están ahí y que todo el mundo sabía que estaban ahí, pero nadie se había parado a observarlas con detenimiento. No solemos elucubrar causas o indicar soluciones. A partir de determinados síntomas nos arriesgamos a dar un diagnóstico, pero no recetamos tratamientos.
Desde tu punto de vista, ¿cómo afectará este aplauso del mal a las generaciones futuras?
La visión optimista es que, como toda moda, lleve al hartazgo y la gente empiece a destronar de programas de televisión, de la atención mediática o de los puestos de responsabilidad política a los malotes. La pesimista son estados que, bajo la disculpa de la libertad y la economía, evolucionen a autocracias de chalados. O sea, la argentinización. Y luego Mad Max.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012