Sencillamente es que los pitufos que aparecen en Los Pitufos y el dragón del lago, son realmente Los Pitufos, y no hay más.

Cualquiera que me conozca un poco, o me siga por redes, sabrá que soy un gran fan de los pequeños personajes azules creados por Peyo: Los Pitufos.

Esos maravillosos seres que entraron en el mundo de las viñetas para no irse jamás, con un gran número de aventuras, varias películas, un protollón de merchandising, y seguidores de sus historias por todo el mundo.

Pero a veces los que amamos algo somos muy puristas, en exceso y sin un motivo concreto. Esto ha hecho que en realidad en lo que al cómic se refiere tan solo me interesara por las aventuras originales, esas en las que Peyo estaba detrás, y las posteriores nunca me habían llamado la atención.

No son los de Peyo”, y ya estaba, no había más.

Pero de forma reciente tras viajar a Bruselas, lugar perfecto para perderse entre viñetas y pitufos, estuve pensando sobre ello y me di cuenta de que era un idiota. Tal cual.

¿Acaso no he visto las películas y Peyo ya había fallecido? ¿No leo a otros personajes que hace mucho se alejaron de sus autores? ¿No es cierto que Star Trek y su padre, Gene Roddenberry, siguieron caminos distintos?

La expresión sería esa de “ser más papista que el Papa”.

Así que cuando Norma Cómics anunció la salida de Los Pitufos y el dragón del lago, me hice con un ejemplar y descubrí que todas las dudas y miedos del pasado, como ya intuía, eran totalmente injustificados.

Los Pitufos de Thierry Culliford, hijo de Peyo, son tan divertidos como los de su padre. Tiene el mismo humor, la misma mala uva y un gran respeto por el trabajo original, más en esta historia que entronca de forma directa con el pasado de los personajes y con Johan y Pirluit. Puro sabor clásico pero con la habilidad de saber hacerlo para todos los públicos, para los que somos veteranos y los que no.

Su trabajo se complemente con el de Alain Jost también al guión, y a la ilustración contando con Jeroen de Coninck y Miguel Diaz Vizoso como los dos artistas detrás de retratar a estos personajes y el mundo que les rodea.

Sencillamente es que los pitufos que aparecen en Los Pitufos y el dragón del lago, son realmente Los Pitufos, y no hay más.

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