Página de Little Nemo in Slumberland de Winsor McCay.
Winsor McCay es uno de los grandes padres del cómic, su trabajo, talento, inventiva e ingenio están ligados intrínsecamente a este arte, por este motivo su inclusión en la exposición Cómic, sueños e historia era obligada. Ante uno de sus fascinantes originales de pude oír a una pareja que comentaba que era “Muy moderno”, sorprendidos de estar ante unas láminas con una centuria de antigüedad pero que bien podrían haber sido publicadas ayer mismo. Esa es la magia de Winsor McCay y, por supuesto, de su Little Nemo.
Leer Little Nemo in Slumberland resulta siempre refrescante y maravilloso, más cuando se hace con todo ello bien recopilado como en el tomo integral de Taschen en el que se recogen sus muchas aventuras. Un amplio recorrido que va de 1905 a 1927 con sus viajes a Slumberland y a The Land of Wonderful Dreams, en ambos casos son historias deliciosas, trabajadas, imaginativas y siempre sorprendentes. Da igual las veces que uno se sumerja en ellas, cada ocasión es igual de fantástica que la primera.
Winsor McCay, el genio creador no solo de Little Nemo
Claro que cuando se habla de Taschen se espera un nivel de calidad, tanto en la reproducción de los contenidos (que la hay) como en el trabajo divulgativo. Aquí puede decirse que el volumen resulta todavía más atractivo gracias a las letras de Alexander Braun que en las primeras 140 páginas (y pico) explora la vida del creador, desde sus orígenes a su éxito y todo lo que fue. Hay mucho por contar, es uno de los nombres que sentó las bases del medio pero es que sin él no existirían los dibujos animados, él fue el creador de los mismos y cosechó grandes elogios por sus shows en vivo con ellos destacando la aparición de Gertie the Dinosaur.
Podrían decirse muchas cosas de Little Nemo y de Winsor McCay, y así sucede en este extenso, detallado y cuidado volumen, pero lo cierto es que lo mejor es meterse de lleno en la lectura. Si conocías de antemano al personaje y al autor, entonces disfrutarás volviendo a viajar hasta su onírico mundo; pero si resulta que todavía no sabías nada de ellos eres un gran afortunado, estás a punto de embarcarte en un periplo alucinante del que nunca querrás volver.
