Portada de La guerra de los huérfanos

Portada de La guerra de los huérfanos

Una preciosa fábula sobre una época dura y trágica.

Siempre resulta interesante ver una adaptación a cine o serie de un producto que has consumido en papel pero también hacerlo a la inversa, primero adentrarte en la versión fílmica y después llegar a la literaria. Es una manera curiosa de conocer una obra y ver las diferencias entre medios y creadores, a fin de cuentas no es lo mismo hacer una narración en la gran pantalla que en una página llena de viñetas. La guerra de los Lulus es muy recomendable, eso va por delante, pero La guerra de los huérfanos lo es de igual forma.

Una es la recreación y la otra la original, mantienen muchas similitudes de personajes, escenario y época, pero por aquí y por allá hay cambios, detalles que se van, otros que vienen, hechos que se cambian y matices que se adornan o se pierden. En esencia La guerra de los Lulus es una buena adaptación de La guerra de los huérfanos, sabe mantener el espíritu y la personalidad de los protagonistas, hay cambios por aquí y por allá pero siempre en pos de la narrativa y sin que en ningún momento el director Yann Samuell traicione la idea original de Régis Hautière y Hardoc.

Humanidad y amistad en tiempos de guerra

Según reza la contraportada de este volumen publicado por Norma Editorial, “La ofensiva del ejército alemán en el noroeste de Francia obliga a salir de sus casas a miles de personas. Durante la evacuación de un orfanato se olvidan de cuatro niños: Lucien, Lucas, Luigi y Ludwig (“los lulus”). Junto a Luce, una refugiada de 13 años, tendrán que organizarse para librar su propio combate contra el hambre, el frío y la enfermedad, y sobrevivir tras las líneas enemigas”. Una sinopsis que resume muy acertadamente el total de lo que el lector se va a encontrar, aunque faltaría incluir dos términos “Amistad” y “Humanidad”.

La amistad es la compartida, en ocasiones parece que a su pesar, por el grupo de niños protagonistas todos con nombres que empiezan por “Lu” (de ahí que sean los Lulus) y más adelante por la joven Lucien a la que encuentran y a la que acogen como si fuera, casi (no es huérfana, así que no es del todo una Lulu), como si fuera una de ellos. La humanidad es mostrada por ellos, Lucien incluida, cuando se topan con Hans, un afable desertor alemán que les brinda amor, conocimiento y el padre que no tienen. Además de mostrar al lector el lado más horrible de la guerra y para ello solo hace falta una viñeta de sus ojos y sus recuerdos, un solo instante que te golpea directo al alma.

La guerra los huérfanos, primer volumen (1914-1915) es una preciosa fábula sobre una época dura y trágica contemplada a través de los únicos que podrían verla con algo de belleza, unos niños pequeños. Régis Hautière y Hardoc saben dotar a la historia de las dosis justas de temor e inquietud que hacen que en la oscuridad la luz brille todavía más, con algunos momentos inolvidables y amargos que hacen recordar que incluso en nuestras peores vivencias hay espacio para el amor, la risa y la alegría.

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Hans y los Lulus en La guerra de los huérfanos
Hans y los Lulus en La guerra de los huérfanos

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