
Fotograma de Hay algo en el bosque. Créditos: Dark/AMC Networks
Hay algo en el bosque es una gamberrada. Esta es la mejor forma de definir a esta serie. Es gamberra, es divertida, es fantasiosa y es un homenaje a claros predecesores como Historias para no dormir o Historias de la cripta. Se nota el cariño y el respeto que sus creadores, Nicolás Amelio-Ortiz y Gaston Hagg a los que se une Javier Ruescas a los guiones, tiene por todos los que estuvieron ahí antes que ellos y se nota en cada uno de los capítulos.
Una serie antológica
Bajo una premisa de fondo que conecta todos los episodios estamos ante una serie antológica en la que cada trama funciona por su cuenta, centrada siempre en la fantasía con un toque de terror y bastante comedia. Una comedia sencilla y mundana, en ocasiones muy simplista, que puede parecer algo caduca hoy en día pero que sin duda sabrá encontrar a su público.
Es más, el pasado fin de semana (del 12 de octubre de 2024) la producción se presentó en el Festival de cine fantástico y de terror de Sitges y es que es el lugar perfecto para ello. Con solo ver el primer capítulo queda claro que es carne de Sitges, tanto por su estilo, temática, narrativa, efectos y en general por toda la propuesta.
Comedia y referencias en Hay algo en el bosque
A lo largo de los episodios el público se encontrará con las fuerzas del mal, tanto de este mundo como de otros, con criaturas infernales como un coche diabólico, alienígenas, grimorios y seres sobrenaturales de todo tipo. Todo ello salvado con un presupuesto que si bien luce ajustado, e incluso escaso para las necesidades de la producción, sabe salir adelante y lograr salvar el tipo con bastante soltura.
Además en varios momentos hay guiños y referencias a otros productos de la cultura pop, hechos estos con la suficiente habilidad de no causar distracción y tampoco precisar conocerlos para seguir la trama. Están ahí, el que los vea los disfrutará y el que no podrá continuar sin problema alguno. Entre otros hay un más que evidente homenaje a Regreso al futuro y a Sweeney Todd, claro que no son los únicos, pero estos pequeños detalles es mejor verlos que contarlos. Es parte de la gracia.
Con sátira y crítica
Hay algo en el bosque va a ser una de las series de culto de la temporada, dudo que esta predicción no sea acertada. El título empezará a pasar de medio en medio, de red social en red social, y la propuesta va a lograr tener un buen número de espectadores. Es cierto que no toda la serie funciona igual de bien, es imposible cuando se trata de una antología, algunos episodios marchan de mejor forma que otros, pero se logra mantener un sentido y formas bastante equilibrados entre unos y otros.
No solo eso. Más allá de la comedia y el pseudo terror hay una sátira evidente y una cierta crítica bastante clara. Los creadores de Hay algo en el bosque no se han conformado con hacer humor por humor, que es algo muy sano todo sea dicho, han preferido en meter algunas perlas de crítica contra diversas situaciones de la actualidad, hechos que damos por sentados y lugares comunes por los que solemos transitar.
Una gamberrada hecha con cuidado
Una gamberrada, repito. Es una gamberrada. Una hecha con cuidado y sin tomarse más en serio de lo que debería, con una buena mezcla de comedia, fantasía y terror. Puede gustar o no, eso depende del tipo de comedia que cada uno prefiera, pero al menos sí merece la pena dar un vistazo aunque solo sea al primer capítulo para decidir si uno se adentra en este mundo sobrenatural.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012