Muchas veces buscamos en los mercados de fuera lo que ya tenemos dentro, Goomer es un claro ejemplo de ello.

Mis recuerdos sobre Goomer comienzan cuando este se publicaba en el Magazine dominical de El Mundo que mi padre compraba en ocasiones, y en todas ellas yo devoraba esas viñetas. Es más, llegué a hacerme mi propio compendio con las páginas que arrancaba y guardaba en una carpeta, ya que en la tienda de cómics a la que solía ir en busca de mis tebeos no había nada sobre este personaje.

Recuerdo ya de adolescente ir al cine, también con mi padre, a ver la película. Él no era tan aficionado a las tiras como yo, pero sí a todo lo que fuera ciencia ficción, así que era casi obligado ir a verla. Y si bien es un filme divertido y con sus aciertos, no terminó de coger del todo el punto al personaje, lo que sumado a una ausencia real de algo parecido a una trama hizo que fuera una experiencia bastante decepcionante. Al menos Jordi Estadella le ponía la voz, y eso era algo de agradecer.

Y entonces le perdí la pista. Supongo que si entonces hubiera sido lector de El Jueves me habría alegrado encontrarme con él allí, pero no fue hasta tiempo después que empecé realmente a leer la cabecera y Goomer ya no estaba en ella. Seguía viviendo aventuras, muchas, pero nuestros caminos se separaron.

Por suerte los astros, o algo, a veces se alinean y hacen que de pronto aparezca delante de ti algo que esperabas y deseabas aunque ni siquiera eras consciente de ello. Me estoy refiriendo a la recopilación de las páginas de este personaje que de forma reciente ha lanzado Norma Cómics, un total de dos tomos pensados directamente para los coleccionistas (lo que quizá no sea del todo buena idea) y para los que somos fans de este canalla espacial.

Una edición cuidada hasta el más mínimo detalle, con una presentación deliciosa en un cofre dentro del cual van los dos extensos tomos de tapa blanda (lo que me alegra, ya que hace mucho más cómoda la lectura), con textos de uno de sus creadores (por desgracia el otro falleció el año pasado), e incluso algunos secretos que solo hace que la lectura sea todavía mejor. Es decir, esta es la publicación que Goomer, y sus lectores, se merecía.

Cientos de páginas que recopilan desde la primera hasta la última historia del personaje, incluyendo algunos extras, en el que veremos su evolución de un despistado terráqueo a un tipo bastante despreciable, lo mismo que sucede con su esposa Elma que tampoco se salva de la quema, y por supuesto con la aparición de Op, el Ascensor y todos los secundarios que hicieron de esta una tira única, divertida, ácida y satírica.

Muchas veces buscamos en los mercados de fuera lo que ya tenemos dentro, Goomer es un claro ejemplo de ello. No sé si esta nueva edición logrará que alguien más se haga seguidor del personaje, pero al menos sí logra ponerle en el lugar que se merece: de nuevo en las librerías.

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