Frost, perrito de aventuras, y el ingenioso Doctor Gato. Ilustración de Doc Pastor.

Frost, perrito de aventuras, y el ingenioso Doctor Gato. Ilustración de Doc Pastor.

Sigue la historia de Frost, perrito de aventuras. ¡Y el Doctor Gato!

Un momento… seguro que mientras estás leyendo todo esto te estás preguntando ¿CÓMO HAN LLEGADO HASTA AQUÍ EL PERRITO DE AVENTURAS Y EL CIENTÍFICO? ¿DE QUIÉN HUYEN? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

Desde el punto de vista de la tribu de los pamuches, sus perseguidores, lo que ha sucedido es que les han robado su joya sagrada. Claro, que no sabes quiénes son los pamuches y esto también necesita una explicación.

Los pamuches son habitantes el mundo llamado XZ–23 por los Cadetes Espaciales y Benska por los que residen en él. El caso concreto de estos seres es especial, de un primer vistazo lo que uno ve son criaturas muy parecidas a los koalas pero capaces de caminar sobre dos piernas, con burdos ropajes hechos de tela y armas todas ellas de madera. Y se asemejan a estos marsupiales (eso son los koalas, marsupiales, igual que los canguros. De verdad) por algo muy sencillo: lo son.

Hace varias centurias una nave de exploración, la William Shatner III, recaló en ese planeta para hacer labores de exploración e investigación. Entre todos los tripulantes y viajeros había varios koalas que estaban siendo transportados a su nuevo hogar pero un error en la programación de su contenedor hizo que este se abriera y los pequeños peludos corrieran rápidamente fuera de la embarcación para encontrar la que, ahora sí, iba a ser su nueva casa.

Nadie se dio cuenta de nada hasta que la nave partió a su nuevo destino, fue un recluta novato que revisando todo se percató de ello. Dio la voz de alarma pero regresar a XZ–23 resultaba imposible así que dieron a los pequeños por perdidos sin siquiera pensar que muchos, pero muchos, años después, estos habrían evolucionado para crear su propia sociedad. Una sociedad primitiva que vivía en casas de madera encima de los árboles, pero una sociedad a fin de cuentas.

Esta misma sociedad había conservado un pequeño artefacto de la nave al que rendían culto. Era lo único que tenían de “Aquella que nos trajo de los cielos y nos regaló un mundo”, que era la forma en que se referían a la nave de la que escaparon, el problema es que tal artefacto era un peligroso explosivo que, sin querer, hacía poco habían activado. No iba a explotar, no por el momento, sus baterías estaban muy agotadas y sus sistemas rotos pero había un riesgo de ello.

Mientras tanto los pamuches seguían rindiendo culto, se arrodillaban al pasar por delante, cenaban a su alrededor y compartían canciones, cuentos y leyendas sin ser conscientes de nada. Por suerte al activarlo también se activó un localizador, esto hizo que los Cadetes Espaciales lo supieran y mandaran a Frost, perrito de aventuras y al ingenioso Doctor Gato a por ello, aunque ellos no fueran parte del cuerpo, más bien contratistas externos.

Claro está que lo lograron, son los mejores aventureros y exploradores de la galaxia por algo, el problema es que para la tribu lo único que sucedía es que unos seres extraños habían llegado, habían robado su objeto sagrado y habían empezado a correr en dirección contraria a ellos. Muy deprisa, además.

Capítulo 2º, 2ª parte: Antes de la aventura. Esta historia continuará…

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