Seguro que alguna de estas te suena...

Imagina que hoy es un día de fiesta, de esos en los que hay puente y todo el mundo se marcha de viaje. Intenta seguir con esa ficción cuando bajes al bar, que está abierto, leas el diario, que se ha escrito y entregado, pilles un pollo para comer, que está asado y alguien te ha vendido…

No, realmente los días de fiesta lo son para algunos, para no tantos si uno empieza a contar. Y en general casi para nadie que trabaje por cuenta propia, así que vamos a aprovechar para desmontar algunas ideas (¿podría decirse mitos?) que la gente parece tener al respecto.

No tienes jefe

En general lo que la gente quiere decir realmente es “no tienes a nadie que te vigile o que te controle”, lo que quizá es cierto desde un punto de vista parcial y no tanto en realidad. Sí, no hay nadie que esté encima de ti, salvo tú mismo, los clientes, tu profesionalidad…

¿No tienes jefe? Mentira, tienes más. Tú editor, el que te ha hecho el encargo, tus lectores y siempre el primero de todos, tú mismo con toda la disciplina y firmeza ante uno mismo que eso conlleva.

Dispones de tu tiempo

No es cierto, no dispones de tu tiempo según consideres. Lo que sí puedes es organizarte tu jornada según sea mejor para ti. Pero, claro, también conlleva que ese tiempo eres tú el que debe coordinarlo, nadie te va a decir a qué horas entras o sales, a qué dedicar cada momento o cuándo hacer un descanso, todo va a salir de tu mano y de la capacidad de organización que tengas.

Dispones de tu tiempo, sí, pero eso no quiere decir que pase a ser tu tiempo. Es tiempo de trabajo, y el trabajo requiere su tiempo.

Puedes coger vacaciones cuando quieras

Lo cierto es que en gran medida este punto bien podría unirse con el anterior ya que viene a ser más o menos lo mismo. Si decides parar y tomarte unos días, es algo que solo depende de ti pero claro, en ese tiempo nadie va a avanzar tu trabajo, o cobrar facturas, poner en orden tus archivos…

Resumiendo: NO, no puedes cogerte vacaciones cuando quieras.

Trabajas de lo que te gusta

Claro está que no siempre, pero en general lanzarse a trabajar por cuenta propia tiende a conllevar un gran dosis de pasión. Y sí, es cierto que es algo que te gusta, e igualmente cierto que no deja de ser un trabajo y debe hacerse. Día sí y día también, te apetezca o no en ese momento, estés cansado o tengas otras cosas en la cabeza.

Se junta a este punto el de Es un trabajo pero no es un trabajo “de verdad”, que también hay que escuchar en demasiadas ocasiones. Puede ser que tengas un bolo en otra ciudad mientras estás empezando a ponerte enfermo, o que empieces un nuevo libro mientras te preocupan algunas reparaciones que tienes que hacer en casa pero igualmente hay que teclear… Igual alguno está pensado “ya ves, igual que en cualquier trabajo”, exacto, igual que en cualquier trabajo, ese es el punto.

Solo una petición, la próxima vez que hables con alguien que trabaja por cuenta propia piensa que lo primero de ese término es “trabajo” y que lo de cuenta propia, en fin, son palabras ya que todos trabajamos para alguien.

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