La Navidad está a la vuelta de la esquina y eso tiene sus cosas malas y buenas, las malas no me interesan (la vida es demasiado corta para preocuparse de forma innecesaria, y lo dice alguien con ansiedad generalizada) pero entre las buenas tenemos que empiezan a llegar series como ¡Vaya familia Claus!, las nuevas películas de Hallmark y los diferentes especiales de una u otra cabecera. Por supuesto entre estos no puede faltar el de Peanuts en su versión animada titulada El show de Snoopy, y es que hay vida más allá de la Gran Calabaza.
Un especial con doble referencia
Este especial lo es por varios motivos. El primero es, lógicamente, ser el episodio de Navidad pero es que además el propio título y el hecho tienen relevancia, más de lo que parece a simple vista. En lo que se refiere al título (de toda la tercera temporada en realidad) “La felicidad es…”, o en inglés “Happiness is…” hace referencia al libro Happiness Is a Warm Puppy editado en 1962, inspirado por una viñeta de las propias tiras y del que en un principio Charles M. Schulz, creador de Peanuts, tuvo dudas sobre si posible interés comercial. Fue todo un éxito de ventas de una forma que nadie imaginó en primera instancia: logró llegar a más de un millón lectores.
Por otro lado sucede que esta nevada época del año está muy vinculada con Carlitos, Snoopy y toda la pandilla. No solo por ser algo recurrente en las viñetas originales, que también, si no debido a que fue el tema elegido para el primer especial de animación de estos personajes. Con el título de La Navidad de Carlitos (A Charlie Brown Christmas) se emitió en 1965 con dirección de Bill Melendez y guion del propio Charles M. Schulz, de nuevo con dudas por su posible aceptación aunque en este caso por parte de la cadena CBS. Dudas que quedaron zanjadas cuando, de forma aproximada, fue visto por algo más de 15 millones de espectadores.
Celebrando la Navidad al estilo Peanuts
Así en el capítulo La felicidad son las tradiciones navideñas el pequeño grupo de amigos viven las fiestas a su estilo, con diversión, ternura, algún enfado y dejando claro algo muy, pero que muy, importante: Cada celebración es válida. No importa si esta es cantar villancicos, hacer y comer galletas o hacer ángeles en la arena del desierto. Lo que importa es que cada uno lo celebre, o no, según quiera, que comparta y sea feliz. Ese es el mensaje de este precioso especial, todo es válido, respetable y la única respuesta que puede darse es una sonrisa y un abrazo.
Este episodio de poco más de veinte minutos, que intercala varias historias con los amados miembros de la pandilla, es ideal para las fechas que están por llegar. Verlo da calorcito interno, hace querer apagar la luz, taparse con una manta y tomar un chocolate caliente. Con nuestro perrito al lado, por supuesto. Y es que la felicidad es un peludo amoroso.