El pasado viernes, 24 de noviembre de 2023, finalizó el Festival de cine de Zaragoza, lo hizo con una gala en el auditorio de la ciudad en la que se dieron cita todos los premiados, medios y algunos asistentes curiosos. Algo más de una semana de proyecciones que, por motivos previos, no pude disfrutar pero eso no me impidió acudir a la cita para, al menos, poder participar en alguna medida en la propuesta.
No es del todo exacto. Aunque no pude acudir a las distintas proyecciones sí pude ver algo más de una veintena de cortometrajes debido a que desde la organización del evento me propusieron ser miembro del jurado de Mejor corto aragonés, así que las semanas previas pude bucear entre el talento de los participantes. Y con alegría vi recoger el premio a Gerald B. Fillmore, director de Regreso al armario, título que era el primero en lista. Os lo recomiendo desde ya, si tenéis ocasión de verlo estoy seguro de que os gustará.
Interludios musicales y la presencia de un inesperado visitante
A lo largo de la cerca de hora y media que duró la gala hubo varios interludios musicales en los que un trío de cuerdas interpretó algunos temas muy conocidos, tanto del cine como de las series. Entre ellos estaban la apertura de Juego de tronos, popular producción televisiva que adapta Canción de hielo y fuego, o la melodía principal de La misión que dirigió Roland Joffé en 1986. Con un cuidado juego de luces en cada una de sus interpretaciones, lo que hacía que por unos minutos la ceremonia fuese un poco más mágica.
Y Batman, claro. Una de las sorpresas, que me temo que sabía de antemano por mi amistad con Carlos Gallego, CEO de Cinemascomics, fue la aparición de Batman encima del escenario. El conocido portal entregaba el llamado Premio del Fandom a una de las películas de superhéroes de última hornada y la ganadora fue The Batman, y si bien no se pudo tener allí a Matt Reeves el sustituto fue estupendo.
Juan Echanove, el gran premiado
Las entregas de premios de un festival de cine siempre tienen algo especial, es el colofón final de varios días de amor y arte. En este caso, algo que me sorprendió, es que no había galardones relacionados con películas de larga duración, todos ellos eran referentes a cortometrajes. Lo que sí hubo fue un gran premio final que resultó otorgado al actor Juan Echanove, un veterano de la actuación con una carrera que se extiende por varias décadas.
Al recoger el premio, con la emoción habitual que suelen mostrar los homenajeados en este tipo de encuentros, recordó el mito de Sísifo como paralelismo con el mundo de la interpretación. Si bien el personaje griego estaba condenado a subir una enorme roca a lo alto de una montaña y entonces esta caer hasta los pies una y otra vez, sucede los mismo en el cine en el que subes y bajas, empiezas y caes, te vuelves a levantar y sigues. Al menos según sus palabras, que se tornan bastante acertadas cuando uno reflexiona aunque sea solo un minuto sobre ellas.
Un año más el Festival de cine de Zaragoza llegó a su fin con la promesa de volver con más proyecciones, más cortometrajes, más amor al arte y, finalmente, una gala que se cerrará con aplausos.
Fin de la proyección.