El hombre que j#%ió el tiempo es una lectura que hace sonreír, que deja buen sabor de boca.

Hacer una historia de viajes en el tiempo que tenga sentido, se sostenga y no cometa errores en su propia coherencia es complicado. Es cierto, cuando sale bien puede salir muy bien, pero si sale mal… Seguro que todos los que estáis leyendo esto podéis decir más de una y de dos propuestas que son el ejemplo de lo segundo.

Ahora, de forma personal he de decir que me encantan, todo lo que sea viajes en el tiempo que cae en mis manos lo engullo, supongo que por eso he terminado publicando un libro que trata precisamente sobre ese tema. Y es que estos argumentos tienen algo especial, algo único, aunque no me veo capaz de especificar qué es, pero está ahí.

Hace poco, y gracias a Planeta Cómic, me hice con El hombre que j#%ió el tiempo, obra de John Layman y Karl Mostert que pretende, tan solo, entretener y divertir. Algo que hace desde el primer momento, en gran medida al tener el acierto de plantear un muy agradecido tono de comedia, además del todavía más acertado hecho de no tomarse en serio en ningún momento.

Así conocemos a Sean Bennet, un ayudante de laboratorio que se ve envuelto en un lío espacio-temporal con varias versiones de sí mismo, tiempos alternos y realidades que no deberían existir, pero que lo hacen como consecuencia de sus propios actos. ¿Y quién puede resolverlo todo? Él mismo, solo que la tarea no parece sencilla.

Todos los elementos clásicos del viaje en el tiempo están presentes y son usados con ingenio, lo que sumado al buen ritmo de la historia y lo divertido de su protagonista hace que el ritmo no decaiga ni por un solo momento. Es más, ¿recordáis ese momento de Futurama en el que Fry se pone un cuenco de cereales en la cabeza y Bender dice eso de “Más, tío, más”? Pues eso mismo es El hombre que j#%ió el tiempo, un “Más, tío, más” en toda regla y sin freno alguno.

Sin duda alguna esta obra está pensada para los que ya somos fans de los viajes en el tiempo, y en parte no he podido evitar notar algún paralelismo con See You Yesterday (película que os recomiendo), con algunos guiños y referencias a los clásicos imprescindibles del género.

El hombre que j#%ió el tiempo es una lectura que hace sonreír, que deja buen sabor de boca y de la que es imposible no desear que haya una segunda parte.

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