Frasier es una de las mejores series de los años 90 con una producción que se alargó durante algo más de una década, lo que hace que sea también una de las mejores series de los 2000 (se emitió entre 1993 y 2004). Heredera directa de Cheers sigue la vida de uno de sus personajes, el doctor Frasier Crane, quien regresa a su Seattle natal desde Boston para empezar a trabajar como locutor de radio, emprender una nueva vida y rodearse de una familia igual de llamativa que él mismo.
Desde su compañera Roz Doyle, y amiga del alma, a su hermano Niles o su padre Martin, sin olvidarnos de la genial Dahpne que empieza siendo la enfermera del citado Martin y termina casada con el también citado Niles. Unas grandes actuaciones, unos guiones muy bien trabajados y de alta calidad, una dirección adecuada y no tener miedo a nada hacen de ella un producto totalmente delicioso.
Una vuelta atrás
Por esto mismo cuando Kelsey Grammer, actor tras el propio Frasier, anunció el regreso del personaje fue una alegría para todos los que somos sus fans. Además, según había comentado, esta serie no sería una Frasier 2.0, sería una exploración distinta igual que distintas eran Cheers y Frasier, pero por el camino algo debió cambiar y lo hizo para mal. Esta nueva Frasier no está, ni lejos, a la altura de sus predecesoras y es más un producto para nostálgicos que vieron en su día la original pero no han vuelto a ella. Es la única explicación para el retroceso que parecer haber sufrido el protagonista, además de otros secundarios que aparecen o se mentan.
Por algún motivo todo el recorrido psicológico y de fondo hecho en Frasier parece no existir, la única explicación es la dicha: que por algún motivo en vez de buscar un nuevo producto se ha preferido intentar captar a los que la vieron cuando se emitió, que no a los que la hemos seguido viendo y reverenciando con el paso del tiempo. O dicho de otra forma, más que buscar su propia identidad se contenta con ser una sombra del ayer. Una elección por un lado entendible, la nostalgia vende, pero que por el otro es una gran lástima al recoger a uno de los mejores personajes de la pequeña pantalla para no dejarle crecer y hacer de él más bien un pastiche de lo que fue en el pasado.
Entretenida y simplista
Eso sí, también hay que decir que la serie es entretenida. Entretenida y ya. Simplista a muchos niveles y con una sensación constante de haber nacido ya vieja, algo a lo que no ayudan las risas y aplausos de lata, unas tramas bastante tópicas o teóricos gags que hace años que han quedado obsoletos. Con todo sí da para un visionado, uno solo, se puede ver y pasar el rato, en algunos momentos incluso reírse en algún momento inspirado pero que nadie espera nada más, no lo va a encontrar.
Quizá parte del problema sea titularlo Frasier cuando igual encajaba mejor Freddie (su hijo, que en esta ficción interpretado por Jack Cutmore-Scott) o algo estilo Crane e hijo, o alguna variante así que ayude a dar un contexto mejor al total. Kelsey Grammer está estupendo, sigue siendo un grandísimo profesional (y Antonio Esquivias demuestra una vez más sus soberbias dotes de actor de doblaje), pero eso no es suficiente para sacar adelante un producto nuevo aunque puede que, en el caso de que se renueve, haya espacio para reinventarse a sí misma y encontrar su propia identidad. A tiempo está.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012