Cada vez la cosa está peor, así que cada vez es más necesario poder reírse de todo y de todos, y sí, también de nosotros mismos

He estado a punto de titular este artículo como “Don Julio y Peregrina, pendones del humor”, una referencia total y absoluta hacia los recopilatorios de tiras e historietas varias que hace años hacían en El Jueves, pero que quizá por el tiempo pasado no sería entendida por muchos.

Volviendo la vista atrás es una lástima que desde RBA, actual propietaria de la revista, decidieran no seguir con estos lanzamientos lo que conllevó que durante un tiempo los seguidores de sus autores no tuviéramos más remedio que acumular números atrasados o esperar que la memoria no fallara para acceder a nuestro archivo de recuerdos.

Es por eso que, antes de pasar al turrón, hay que felicitar la iniciativa de editoriales como Fandogamia o Bestia Negra, que han tomado el relevo con clase y buen hacer, para llevar a las tiendas recopilatorios de El Jueves (¿Recopilatorios jueveniles?) para alivio y alegría de muchos.

Deshechos históricos: Mito, rito, gorgorito

Deshechos históricos es una de esas tiras (uso el término de forma muy amplia) de la revista que sale los miércoles que poco a poco ha ido ganándose el corazón de los lectores, gracias a la mezcla de realidad y de humor que destila cada viñeta de Don Julio, pseudónimo tras el que esconde Julio A. Serrano.

Sus páginas, que suelen ir de una a tres, viajan sin miedo alguno por las distintas épocas del pasado como quien se monta en un Delorean o se mete con sus amigos en un jacuzzi. Así se remonta hasta los celtas (es decir, los galos. Y sí, hay una clara referencia a Astérix) con costumbres tan curiosas como como matar al último en llegar (si era tarde, tampoco vayamos a exagerar) o los aztecas que entre sus muchos puntos a destacar podría citarse los sacrificios al dios Xipe Tótec que debían haber sido previamente desollados vivos.

Y así, una larga lista de terrible verdad histórica que llega de la mano de Fandogamia para dejar claro que no es cierto eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. No, fue peor. Y mucho, pero que mucho peor.

Atreveos a viajar por las corrientes cronales de la mano de Don Julio, quien hará las veces de guía en este particular descenso a los infiernos en el que todo resulta divertido por ser terriblemente cierto.

¿Quién dijo miedo?

Digestión de marrones en la empresa: un informe de horario de oficina

La serie Horario de oficina de Ricardo Peregrina nació para ser leída en tomo, sus historias y personajes funcionan mucho mejor de esta manera. Ya que el público puede ver la evolución de personajes y de situaciones, que poco a poco van creciendo y desarrollándose como si de una sitcom televisiva se tratara.

No en vano comenzó a publicarse en El Jueves en 2010, poco después de la cancelación de Camera Café (en septiembre de 2009) con la que es imposible no ver ciertos paralelismos. Paralelismos superficiales, eso sí, ya que estas viñetas tienen desde un comienzo una personalidad propia muy marcada, que recuerda en ocasiones a Mujeres de blanco de Raoul Cauvin y Philippe Bercovici, algo por otro lado muy lógico en vista del estilo artístico de su autor que bebe de manera evidente de la escuela franco-belga haciendo pensar en una Bruguera de corte moderno.

Ricardo Peregrina ha sabido condensar en sus páginas todo lo malo, y algo de lo bueno, del trabajo en una gran empresa, del mundo moderno y sus locuras, de los compañeros y enemigos, de los chismes y problemáticas que finalmente conforman el día a día de todo trabajador (no solo de los que están en cubículos, los marrones nos terminan llegando a todos).

Como dice el veterano y legendario JLMartín en el prólogo de este volumen editado por Bestia Negra, “Pasen y vean cómo se puede cultivar la parodia y la sátira costumbrista aplicando el humor inteligente a las situaciones más cotidianas (…).”

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