Imagen de Miss Marvel de un tomo en el que firma Devin Grayson.

Imagen de Miss Marvel de un tomo en el que firma Devin Grayson.

Devin Grayson habla sobre el cómic y los personajes femeninos.

La presente entrevista con la guionista Devin Grayson se realizó con la intención de ser usada en una segunda parte del libro De Spider-Man a G.I. Joe: La acción hecha figura (el título iba a ser De Doctor Who a X-Men: Más acción hecha figura). Esto no será así por el fin de mi relación profesional con Dolmen Editorial, misma situación que la entrevista con Cal Dodd o Paul McGann), motivo por el que la recupero para docpastor.com para que pueda ser leída por todos los seguidores de la escritora.

Por lo extenso de la misma se dividirá en tres partes, esta es la primera. Espero que la disfrutes.

En ocasiones se puede leer en artículos que el mundo de los superhéroes ha dejado fuera a las lectoras, centrándose en los hombres, ¿qué opinas?

¿Me estás preguntando si creo que la industria del cómic ha estado perdiendo el interés de ciertos lectores? La respuesta es rotundamente sí. Los cómics, siempre me refiero a la industria estadounidense de cómics de superhéroes convencional a menos que te indique lo contrario, continúan luchando con problemas de inclusión, accesibilidad y alcance. Tanto dinero y buena voluntad quedan sobre la mesa debido a que los poderes fácticos no saben cómo reconocer la diversidad de su audiencia.

Por otro lado en los últimos años parece haber aumentando el interés en personajes femeninos.

¿Solíamos dejar a los personajes femeninos en un segundo plano? Sí a eso también, y no lo relegaría estrictamente al pasado. La mayoría de nosotros hemos sido educados para equiparar a los protagonistas con hombres blancos, es una construcción tan profundamente arraigada que a menudo ni siquiera somos conscientes de ella. En el mundo de la televisión, por ejemplo, un grupo típico de amigos está formado por tres hombres (o niños, tal vez uno de los cuales no sea blanco) y una mujer (o niña). Lo vemos tan a menudo que nos parece normal, pero no lo es. Las mujeres no representan una cuarta parte de la población, son más o menos la mitad. En parte por esto hay personas que reaccionan de forma tan vehemente contra “reinterpretar” personajes masculinos como femeninos. Les parece profundamente incorrecto dado que han interiorizado la idea de que el papel principal en una historia lo desempeña, por defecto, un hombre. Pero el personaje principal de la historia de mi vida no es un hombre. El personaje principal de la historia de aproximadamente el 49,6% de la población del planeta no es un hombre. O un blanco. O un cero de Kinsey (Aquí hace referencia a la escala de Kinsey, creada por el biólogo Alfred Kinsey en 1948, en la que el cero se refería a una persona exclusivamente heterosexual).

Es esencial que la gente de la industria del entretenimiento continúe creando historias que reflejen de forma más realista la diversidad del mundo. Las historias forman gran parte de nuestra vida interior y ahora hemos visto pruebas irrefutables de que se produce un daño social duradero cuando excluimos a las personas de nuestra ficción. Al mismo tiempo, es crucial que todos nosotros, como lectores y consumidores de estas historias, aprendamos a cuestionar nuestras suposiciones y prejuicios sobre a quién pertenece a una historia y qué esperamos que hagan allí. Todavía queda un largo camino por recorrer.

Tú lo has vivido desde dentro, ¿era un sector tan impenetrable?

Ahora hay más mujeres trabajando creativamente en los cómics que cuando empecé en el sector, pero no muchas más. Todavía somos minoría y aparentemente todavía somos lo suficientemente novedosas como para justificar interminables publicaciones y listas que nos agrupan como si ser mujer fuera un componente más importante de nuestra producción creativa que nuestras disciplinas o trabajos.

¿Era realmente tan impenetrable? Bueno, sí, de lo contrario habría habido muchas más mujeres involucradas mucho antes. Sé que cuando digo eso, hay gente que se imagina a hombres sentados detrás de escritorios burlándose: “no puedes hacer este trabajo, eres MUJER”, y deciden que eso no pasa. En realidad pasa ocasionalmente pero no es de eso de lo que estoy hablando, me refiero al sexismo sistemático, al control que empieza incluso antes de llegar a la escuela. Impregna toda tu relación con la sociedad en conjunto durante toda tu vida, desde el momento en que un padre o un compañero de escuela te quita un cómic de las manos porque “los cómics no son para niñas”, hasta el momento en que te rechazan para una antología debido a que “ya tienen una historia de una escritora”.

Es luchar durante diez años para que se acredite correctamente la creación de un personaje que Wikipedia atribuye a un colega y ser acosada en línea todos los días por los Comicsgaters. Es ver que tu exitoso trabajo fracasa, año tras año, en ser recopilado en un tomo porque hay un tipo en la editorial que decidió que le recordabas a su ex esposa. Estás tratando de convencerte de que no es así hasta que dos décadas después finalmente ese tipo es despedido y seis meses después tu trabajo, por fin, sale en tomo. Es entrar a la industria para escribir Superman y que en su lugar te ofrezcan todos los personajes femeninos listados de la empresa, o finalmente llegar a tu primera convención solo para ser incluida en un panel de “Mujeres en los cómics” con otras cuatro mujeres con diferentes especialidades, orígenes y editores.

Es tener que responder “¿Cómo es ser una mujer en los cómics?” en cada entrevista que haces mientras a tus colegas masculinos les preguntan sobre su trabajo real. Se te pide que expliques porqué no hay más mujeres en los cómics, una pregunta que nunca se les hace a los hombres que tienen el poder de contratar más mujeres pero no lo hacen. Es que las esposas bien intencionadas de tus colegas masculinos te alejen de discusiones laborales importantes pero informales o no estar presente en reuniones relevantes porque ocurren en espacios a los que no fuiste invitada.

Es que te paguen menos y sentir que tienes que ser el doble de buena para recibir la mitad de trabajo. Es haber sido educada para no retroceder ni hacer ruido en una industria que exige ambas cosas. Es todo eso y mucho más, además de las preocupaciones que nos acosan a todos en este tipo de trabajo como preguntarnos cómo puedes permitirte el lujo de ser un profesional independiente en una industria que no ofrece ningún tipo de seguro médico o seguridad laboral. Y no dudes ni por un segundo que todo lo que estoy diciendo es diez veces peor para las personas de color.

Precisamente, como has comentado, tú no fuiste lectora de cómics, ¿puedes hablar más al respecto?

Crecí en los años ochenta cuando los cómics ya habían desaparecido de los quioscos y aún no estaban disponibles en bibliotecas ni en las librerías. Nadie en mi familia los leía, y yo no estaba al tanto de ellos más allá de las tiras de prensa de las que disfruté pero no encontré absorbentes.

Años más tarde, como resultado directo de haber visto de forma accidental a Batman: The Animated Series, me interesé mucho, específicamente en Batman y Robin y los seguí hasta su lugar de origen. Quería aprender más sobre esos personajes, pero de primeras me encontré con que los cómics eran bastante impenetrables. Fue necesario una larga y tranquila explicación por parte de algunos amigos y también algo de estudio para empezar a comprender el medio. Libros como el brillante Entender el cómic de Scott McCloud y la magnífica serie Sandman de Neil Gaiman sellaron el trato. El primero ya que me hizo contextualizar el medio y me dio una manera de hablar con otras personas sobre el mismo y el segundo porque es maravilloso y lleno de referencias literarias que al ser familiares, me hicieron sentir bienvenida.

Todavía no leo cómics como afición, aunque hay algunos que me sorprenden hay muchos más que simplemente no me llegan, prefiero la ficción en prosa. Pero escribir guiones para cómics es un desafío apasionante y me encanta este trabajo. El medio en sí es ilimitado y no puedo esperar a ver qué viene después, especialmente a medida que continuamos diversificándonos y abriendo el camino a nuevas voces.

Fin de la tercera parte de la entrevista a Devin Grayson. Puedes leer aquí la primera y la segunda parte.

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