David Daza es un autor conocido y reputado en Zaragoza, en España y a nivel internacional. Muy conocido por su paso por Transformers y Star Wars, lo que le posicionó de forma directa entre el fandom, está inmerso en Grisly Unit una obra de corte más personal en la que trabaja junto al guionista Roger S. Lewis (creador original del título).
Tú has trabajado en varias franquicias de éxito, ¿no sientes en ocasiones que prima más la franquicia que tu trabajo?
Sí, sí. Tienes un caso que es más exagerado, que es el de Howard Chaykin. Howard Chaikin. Es un gran creador, dice siempre que está cansado de que le llamen a las convenciones en el siglo XXI y le pregunten por Star Wars que es una algo que hizo al principio de su carrera hace 50 años. En mi caso no es así, pero es cierto que cuando se publicó mi primer cómic de Star Wars, Disney acaba de comprar Lucasfilm y no solo eso, sino que además nadie más estaba haciendo Star Wars para Estados Unidos más que yo en ese momento. Ramón Bachs había estado muchos años con ello, pero es que en esa época, en ese momento, no había nadie más. Entonces, claro, a mí me llamaban por eso y por lo que fuera se quedó un poco ahí. Es verdad que me llaman muchas veces a salones, a eventos y tal, y me ponen con eso. Yo no me quejo, es entendible, porque la gente al final lo que más conoce son las franquicias, son super populares, llevan con nosotros 40, 50 años… Son cosas que han calado en el imaginario colectivo y es normal que la gente también te conozca por eso, es que es normal.
A la hora de trabajar en franquicias, ¿hay libertad creativa o es más restrictivo?
Lo que es el proceso creativo, la forma de desarrollar el guion gráfico, el storyboard… todo eso es similar. Ahora bien, en Star Wars, pues claro, tienes restricciones. Lo principal que noto es el tiempo, yo he hecho un cómic de Star Wars en tres o cuatro semanas, que es una locura. Y claro, no puedes dar el 100% en muchas cosas, aunque lo intentes. O, por ejemplo, empecé a trabajar en Transformers sin saber realmente cómo eran lo diseños de los personajes, empecé a abocetar y ni siquiera tenía el modelo final porque nosotros estábamos haciendo el cómic y todavía no se había llegado a un acuerdo entre la marca deportiva tal o la marca de coches cual y Hasbro.
No sabían muy bien cómo iban a hacerlo, y encima tenían dos fábricas para los muñecos. Una que fabrica en Corea y otra en China y cada fábrica los hace9 de forma diferente. Es que interviene tantísima gente…
Mejor en vuestro proyecto, claro.
Claro, tienes menos recursos porque al final somos una startup, somos pequeños, somos un grupo pequeño de gente. En Grisly Unit, o Blue Shirts Brown, contamos con un rotulista, un guionista, tenemos un editor, pero al final somos un grupo reducido. Es todo mucho más familiar, por así decirlo. Es mucho más asequible el tratar con gente y esto se nota mucho. Se nota mucho. Yo he hecho alguno de los Star Wars y aquí en Zaragoza, había una persona en Barcelona, otra persona en Argentina, otra persona en Milwaukee, otra persona en Londres y otra persona que estaba en Israel. Coordinar todo esto con FTPs y tal es complicado.
En ese sentido, al contrario, recuerdo cuando me dieron la oportunidad de Star Wars, yo cogí el guion y no me supuso ningún tipo de dificultad adaptarme. Cuando terminé recuerdo que el editor me escribió, de dio las gracias y me dijo que fantástico el trabajo. Ten en cuenta que yo soy aficionado, llevo mamando Star Wars desde que tengo uso de razón, pero es verdad que hay gente en esos proyectos y se veían con muchas dificultades a la hora de ver estos personajes o aquello. En mi caso no.
Y los Transformers igual. Conservo el álbum de Transformers. Es verdad que lo complicado es que cada año se renuevan las cosas, van con tanta rapidez que han pasado dos o tres años y tienes unos modelos distintos unas figuras. De hecho, recuerdo que aquí hay una asociación en España que es la asociación de aficionados de Transformers y me dijeron que ellos a veces en los cómics sabían diferenciar los personajes por los colores porque los cambiaban. He dibujado por ejemplo a Bumblebee en cinco cómics distintos y en esos cinco cómics ese Bumblebee ha sido distinto, no ha habido ni uno igual.
Aunque en España hay cómic de todo tipo otra cosa es que se pueda vivir de ello, ¿no?
En España es verdad que tenemos la problemática de que tenemos que trabajar para fuera porque es complicado el poder estar trabajando aquí únicamente sin compatibilizarlo con otra cosa. No digo que no se pueda hacer, pero también hay que ser consecuente y hay que tener en cuenta el público y lo que demanda. En mi experiencia, si tú le das al público cosas que están demandando, las cosas funcionan. Esto en España y en Estados Unidos.
Estados Unidos tradicionalmente es un mercado que se ha apoyado mucho en los superhéroes y esto está cambiando. Se están cambiando sobre todo los formatos, es decir, cómo se consumen las obras. La grapa se está convirtiendo prácticamente en un objeto de coleccionista, por así decirlo, aunque se siguen vendiendo miles y miles. Pero la forma de consumir, porque yo creo que se consume más cómic que nunca en todo el mundo, pero las formas de consumir cómic han variado mucho. Ya no son fascículos o no son grapas, tienes tomos, tienes libros recopilatorios, tienes formatos pequeños, grandes, tienes cómics que son digitales, de un montón de tipos. Cualquiera de las librerías que están en la ciudad de aquí en Zaragoza, por ejemplo, vas allí y están llenísimas de posibilidades.
Tú lo has dicho antes, muchos grandes autores han trabajado para el mercado de fuera, hay nombres que han sido premiados y reconocidos pero a pesar de ello para muchas personas el cómic sigue sin tener valor cultural.
Puede que esté condicionado por mi trabajo como veo tantísimo cómic por todos lados, tampoco noto el que haya una disociación de la gente en general con lo que es el cómic como cultura, pero también te digo que es cierto que sí que veo que tiene que recorrer espacio todavía para estar al mismo nivel que otro tipo de medios y otro tipo de arte. Creo que se están dando pasos, contamos con ciclos formativos y con grados de cómic en la ciudad, yo mismo tengo una academia en la que doy clases de ilustración y de cómic. Creo que la cuestión aquí en España es que en comparación con otros países creo que se lee poco en general y esto quizás es algo que se está trabajando, se ponen medios, pero siempre se pueden poner más medios y se puede avanzar en ese sentido.
Entonces, desde luego las claves están, como siempre pasa con todo, por la educación. O sea, creo que además en ese sentido nunca me ha parecido que el cómic sea aquello que tienen que empezar a leer los niños para llegar a leer literatura, el cómic ya es leer. Esto que se dice de “Sí, está muy bien que los niños lean cómic para después leer libros”, no, es que ya están leyendo.
Y lo importante es que los niños lean, que todo el mundo lea. Creo que en ese sentido conforme pasan los años sí que hemos avanzado respecto a cómo estábamos hace años. Y todo ayuda. Los personajes populares de franquicias los tienes todo el día hasta en la sopa, ¿no? Hasta en el telediario, pues, hombre, al final eso va calando. Para mí el cómic es un medio, es un medio de comunicación, es un entretenimiento, y es un arte.
Y tienes razón, pero tienes casos como el guionista de la novela gráfica del 11-M o de El abismo del olvido, con muchos años de diferencia entre una y otra, comentando en ambos casos que cuando comentaron que querían hacer un cómic las asociaciones de víctimas se ofendieron pensando que querían hacer algo cómic ya que para ellos el cómic es Mortadelo y Filemón.
Seguramente eso sigue existiendo, pero también es verdad que puede ser algo generacional. Quiero decir, está claro que la gente que ha vivido la Guerra civil o la España de hace 30 años… En los 90 Zaragoza era un erial en cuanto al cómic, es que desaparecieron. Desaparecieron revistas, desaparecieron incluso cómics de superhéroes que eran superventas y durante años parecía como que leer era algo proscrito. Entiendo que gente que se ha criado con tebeos de los años 40, 50, o gente de los años 2000 que se ha criado con tebeos de los 70, 80, puedan tener esta visión porque quizás no conocen más. Vuelvo a lo de siempre, es algo que se puede trabajar con educación, pero como tantísimas cosas en la sociedad al final todo pasa por la educación. Si tú a la gente la educas y le enseñas el valor que tiene algo, lo que cuesta elaborarlo, todo lo que conlleva y lo que se puede desarrollar… la historieta, el cómic como medio, puede llegar a ser un vehículo para contar cualquier tipo de historia, de la tipología o género que sea, sin importar el estilo o el contexto histórico, entonces te das cuenta de que tienes delante algo que prácticamente tienen otros medios,
como es el cine, como es la radio, como es la escritura, la literatura.
Yo no veo diferencia, pero entiendo esto y puede que haya una parte gran generacional pero como pasa con otras cosas. Afortunadamente hoy en día, me voy a meter aquí en un jardín, la sociedad está abierta a cambios en cuanto a conciencia en la diversidad sexual, de credo, de muchos tipos de cosas. Esto va en función de las sociedades. Si tú como persona de 50 años, como casi tengo yo, dejaste de leer cómics de pequeño y ves lo que es ahora no va a tener nada que ver y seguramente te cambien las ideas de lo que tú tenías en la cabeza. A mí me preguntaron una vez, ¿por qué tú dibujas bien? Bueno, es que yo seguí dibujando. Ves a mucha gente mayor que dibuja un árbol y hace una cosita como los niños pequeños y quizás esta es otra cosa que a lo mejor hay que replantear también en el sistema educativo. Es muy importante que la parte científica la tengamos ahí, pero igual también debería estar esta parte creativa,. Quizás también hay que hacer que la gente siga dibujando y creando, ¿no? Esto es lo que también como sociedad nos aporta.
Gracias, David, muchas gracias por tu tiempo.
Fin de la tercera de tres partes. Puedes leer aquí la primera y segunda parte.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012