Portada de Dark Investment: El Incidente Calcabrina de la editorial Drakul
Leyendo Dark Investment: El incidente Calcabrina en algún momento mi mente conectó la historia de Javier Ara (guion y dibujo, con color de y Manuel J. Rodríguez) con Las doce pruebas de Astérix. No, no es que haya conexiones entre este cómic y el divertido clásico de 1976 pero sí hay un punto en común: la burocracia. Si en la aventura de los dos galos tenemos “La casa que enloquece”, como un fiel reflejo de lo complicado que suele resultar hacer papeles relacionados con instituciones públicas, otro tanto hay en este tomo que, en resumen, viene a decir que la burocracia es el Infierno.
O, al menos, algo infernal con lo que antes o después todos debemos lidiar. Da igual si eres amo de casa, una profesora de universidad, dos galos que viven aventuras o una agente que lucha contra criaturas venidas desde la oscuridad. Y lo mejor es que los dos creadores han procurado que todo sea divertido, humorístico en ocasiones, haciendo que la lectura sea igual de adictiva que recomendable. En el momento de hacerme llegar este volumen el editor de Drakul me comentó que me añadía el segundo, Dark Investment: Trata de almas, para que no me quedará “con las ganas después de leer el primero”. Menos mal que lo hizo. Al terminarlo quería más.
Demonios, acción trepidante y humor sardónico
Lo que el autor de Dark Investment propone en El incidente Calcabrina es una pequeña muestra de lo mucho que este universo puede dar de sí, es la puerta de entrada a todo lo que está por venir (o que ya ha venido, si no me confundo van por el tercer volumen) y la presentación de todos los personajes, del ambiente, de las reglas y las pautas que se van a seguir en el futuro. Un futuro que se intuye prometedor con nuevas historias llenas de humor, de logias secretas, criaturas mitológicas, almas en venta, magia, hechizos y unas escenas de acción trepidantes.
Hace poco una lectora de mi novela En tierra de demonios (¡desde el 29 de enero en librerías!) me comentó que había leído poco sobre el tema demoníaco pero que se había quedado con ganas de más, y es que es lógico dado que cuando uno juega con demonios además de terminar quemándose puede hacer lo que quiera. De forma bastante literal, desde una novela postapocalíptica a una película sobre juicios a un cómic desenfadado y muy divertido que deja con ganas de más. Dark Investment: El incidente Calcabrina solo tiene un problema y es que termina, pero por suerte todo el que se suba ahora al barco tiene material publicado en lo que llega más a las librerías (vas a querer más, eso sin duda).
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