Antes ser blogger de moda estaba, bueno, de moda. ¿Lo recordáis?

No sé si lo recordáis pero no hace muchos años hubo una explosión de bloggers. Estaba de moda serlo y sucedió lo que con todas las modas, mucha gente se apuntó al show y pasado un tiempo la cosa fue muriendo hasta caer en la normalización que en este tipo de casos precede al olvido.

Había de todo tipo. Bloggers de cómics, de música, de pasteles, de postureo y sí, claro está que de moda. Ser blogger de moda se volvió la auténtica moda entre las bloggers de moda. Todo era un círculo vicioso que no terminaba de tener fin.

Que nadie se confunda. Escribir en una plataforma de blog como puede ser WordPress no te convierte en blogger igual que tocar el bajo en tu casa no te convierte en bajista. Esto era otro rollo. Había periodistas que teníamos un blog y no éramos bloggers, actores que contaban sus anécdotas o editoriales que iban actualizando sus novedades, pero no es eso.

Ser Blogger, con B mayúscula para que nos entendamos, es algo diferente. Es una actitud, una forma de ser y de mostrar, cargado en muchas ocasiones de mucho postureo (otra moda en la muchos caímos) y en otras menores de sátira bien servida.

Y sí, el mundo de la moda se llenó de Bloggers, con B mayúscula. De pronto ese hermético universo no lo era tanto, había una ranura por la que se podía entrar, asistir a desfiles, con suerte que una marca te regalara un bolso y quizá si eras lo suficientemente bueno hasta vivir de todo ello. Los eventos se iban multiplicando, el término outfit pasó a ser uno más del día a día, en todas partes surgieron momentos para ser ideales y detrás de todo ello (igual que en todo) la verdad no era tan glamourosa.

Georgina Gerónimo recoge en el libro Miniblogger consejos prácticos para sobrevivir en la blogosfera un buen número de anécdotas y propuestas para pasar de ser una desconocida a la diva del momento. Lo hace con mucha sorna, kilo y mitad de ironía, y sabiendo que en todo momento es posible la auto parodia.

No hay nada mejor que basarse en la vida real para documentarse y mirando alrededor (hasta hace no tanto) siempre había alguien que estaba metido en este mundillo, posando con el último estilismo ideal que se ha trabajado o acudiendo a las puertas de la 080 pero sin entrar realmente a la parte profesional.

Gerónimo lo cuenta con gracia, de la única forma que se puede hacer. Desde un principio mostrando un buen humor que es de agradecer. Sin pretender mofarse de nadie, sin atacar y sin hacer burla. Son situaciones bien plausibles, totalmente reales, que resultas cómicas por lo absurdo de las mismas logrando que nos sea imposible no reírnos e incluso vernos reflejados en más de una ocasión.

Miniblogger es ese libro que conviene leer de vez en cuando para darnos un poco de humildad y de paso soltar unas buenas carcajadas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *