Birdman es una de las grandes sorpresas del cine del año (2014, con estreno en España en 2015), que será encumbrada y defenestrada a partes iguales, pero que sin duda alguna está destinada a convertirse en una obra de culto que ganará con posteriores visionados.
Usando la excusa argumental de un actor que intenta recuperar su momento de gloria, que tuvo años atrás por interpretar al popular héroe Birdman, y para ello monta una representación teatral en Broadway. Elemento conformador de la trama, que será usado en un interesante juego de metalenguaje y que a pesar de todo no es más que el telón de fondo.
Pero la historia real es una total deconstrucción en clave realista del mundo del teatro, que no duda en usar de forma repetida el metalenguaje para ello, logrando dar unas escenas memorables con unos diálogos que llenan cada momento, haciendo que aquellos que no llegan a decirse tenga la misma o mayor importancia que estos.
Los miedos y las inseguridades de los actores, basadas en tópicos bien conocidos, están claramente presentes, pero también las del resto de personas que rodean a una producción de este tipo, como el responsable de vestuario o los críticos. Potenciado todo a través de la distópica mirada del protagonista, con un terrible lado oscuro que le lleva a ser una persona que no quiere, y en ocasiones usar las extraordinarias habilidades sobre humanas que parece tener.
Nadie mejor que Michael Keaton, que precisamente tuvo un gran momento de fama dando vida a Batman (aunque ha tenido una interesante carrera después de eso), para crear este personaje lleno de matices y de demonios internos.
Ahora mismo el actor está en la cima de sus capacidades interpretativas, con muchos años para haberlas perfeccionado, haciendo que verle en un personaje con tantos matices sea una delicia.
Por supuesto decir que destaca de entre todos los demás, no sería del todo cierto. La dura competencia de Edward Norton, Zach Galifianakis o Naomi Watts se lo ponen duro, y es que todos ellos son intérpretes de reconocido talento que dan aquí el Do de pecho. Pero de entre todos ellos sí que debe resaltarse a Emma Stone, que a pesar de su juventud siempre ha desbordado una gran capacidad y profesionalidad, que llega aquí a nuevas cotas en una escena en la que mantiene una acolorada discusión con el protagonista (su padre en la ficción), en una total igualdad de condiciones que hace casi dudar quién es más veterano.
Otro tanto es el acierto de Alejandro González Iñárritu, director y guionista, de usar una gran cantidad de planos secuencia (que realmente parece solo uno de lo magistralmente bien que se hacen las transiciones), que funcionan de forma totalmente orgánica con la idea que se narra, dando además los necesarios espacios de reflexión que el espectador precisa.
¿Qué más se puede decir, salvo que estamos antes una obra maestra? El tiempo pasará por ella y solo hará que sea cada vez más reconocida.
Birdman es un poema de amor y desamor, lleno de pasión y de miedo.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012