Portada de Ben Reilly: Spiderman

¿Ben Reilly? ¡Sí, Ben Reilly! Está de vuelta gracias de DeMatteis y Baldeón, un viaje al pasado a través de nuevas historias.

Decir que en los años 90 Peter Parker estuvo a punto de dejar de ser Spiderman es algo que hoy casi nos parece imposible, más si tenemos en cuenta que actualmente comparte el nombre con el joven Miles Morales y a nadie le extraña. Aunque de forma reciente se ha unido a ellos Ben Reilly, quien fuera el clon de Peter, que empezó su andadura como la Araña Escarlata y después como Spiderman con el que personalmente considero el mejor traje que ha tenido jamás el personaje.

Sus primeros pasos y su etapa inicial como Spiderman si bien fueron divertidos también muy erráticos, en parte culpa de un plan que se extendió por mucho más tiempo del que debía (en este punto os recomiendo leer el excepcional libro Spiderman: la historia jamás contada de Julián Clemente, allí se explica largo y tendido). Finalmente todo se cerró con su teórica muerte, pero todos sabemos que en el universo de Marvel Comics nadie muere, al menos no de forma definitiva, ya sea por volver de la muerte, por que otro coja su manto o sencillamente por narrar historias suyas que nunca se habían contado.

Esto no es en absoluto algo nuevo, la retrocontinuidad ha sido parte de Marvel Comics desde los primeros comienzos de la era Marvel, como ejemplo tenemos al Capitán América. Este héroe regresó en los años 60 tras caer congelado en los 40, pero en realidad se le había visto peleando en los 50. ¿La solución? Que era otro Capitán y otro Bucky, y así con otros tantos personajes que se fueron incorporando para dejar claro que todo lo sucedido en Marvel, ya fuera como Marvel o Timely, Atlas… era canónico y solo hacía falta saber cómo encajarlo en la continuidad.

Ben Reilly: Spiderman se adentra en la etapa en la que este clon pensaba que era el original, antes de que todo el pastel se descubriese (os recomiendo también leer El diario de Norman Osborn, que deja las cosas muy claras) y Peter Parker recuperara sus redes. Pero mientras eso llega, y al igual que está haciendo Peter David con el Maestro, J.M. DeMatteis viaja al pasado ya que todavía había mucho por contar.

Sí, claro que esta miniserie (de tres números en España) tiene su punto de nostalgia, algo que hoy en día tira mucho y cualquier industria lo sabe, pero no puedes construir una historia solo a base de nostalgia, guiños y referencias, y como muestra está Ready Player One con su “está todo” menos un argumento decente. Pero por suerte DeMatteis es un guionista muy experimentado, firmante de la que considero la mejor obra de Spiderman (La última cacería de Kraven) y no parece que se vaya a conformar con unas simples páginas de relleno, pero claro está que nadie espera menos de él.

También al ver el primer número queda algo claro, David Baldeón se lo ha pasado bomba. He tenido la suerte de conocer a David y su trabajo desde hace muchos años, cuando no tenía ni perilla, y cada año que pasaba crecía como autor. Y hoy, en fin, hoy no hace falta que se diga nada, tan solo su nombre es sinónimo de maestría, calidad y personalidad propia. Sus trazos destilan amor y respeto por el personaje tanto como por el guionista, y la mezcla de ambos es perfecta.

No sé hacia dónde irá Ben Reilly: Spiderman, pero al menos sí puedo decir que es un comienzo muy prometedor.

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