
Imagen promocional de la temporada 2 de Bellas Artes. Créditos: Movistar Plus
En docpastor.com se habló en su momento de la primera temporada de Bellas Artes y también del primer episodio de la segunda temporada, puedes leerlo aquí, y con el resto de los episodios vistos es el momento de lanzarse a la crítica. Y crítica nunca mejor dicho dado que es lo que llena cada minuto y segundo de esta divertida serie, una crítica ácida y mordaz del mundo actual centrado en la dinámica del arte pero lanzando sus comentarios a todo un abanico de lugares, hechos y situaciones.
En un gran número de ocasiones la afilada mirada lacerante viene por los ojos del protagonista, Antonio Dumas, el nuevo (aunque ya no tanto) director del museo de Arte Iberoamericano de Madrid. Un veterano que lleva mucho en activo, se las ha visto de todos los colores y no duda en dejar claro siempre su sarcástica opinión al respecto de cualquier tema, sea de forma directa, indirecta, camuflada o siguiendo un juego de otros.
Ángela Molina e Imanol Arias en Bellas Artes
Aunque si la actuación de Oscar Martínez como Antonio Dumas es buena y se convierte por derecho propio en lo mejor de Bellas Artes en esta temporada sube todo más gracias a la incorporación de Ángela Molina, que apareció de forma breve en la primera temporada, y de Imanol Arias. Dos enormes profesionales que atesoran décadas de experiencia, grandes trabajos y a los que siempre es estupendo poder ver en la gran pantalla, en la pequeña, en el escenario…
Ella hace de Mariel Bernabé, una reconocida artista que en el pasado estuvo casada con el protagonista. Pero si bien en su día se quisieron, es algo en lo que tampoco se entra, hoy ambos representan puntos muy extremos de una misma ecuación y sus posiciones sobre el arte, qué es y qué no además del hecho económico del mismo, hace que sea una relación tensa en muchos sentidos. Pero ella representa además una incoherencia en sí misma, algo que se deja claro en el primer episodio cuando tras pedir prestado un móvil a otro pasajero del avión en que viaja se lanza a criticar tales aparatos y dejar claro que ella no los usa. Lo dicho, la crítica y la sátira lo impregnan todo.
Imanol Arias sería, y es, el punto de unión entre ambos. Un viejo amigo de la antigua pareja que es marchante de arte, y muy bueno si nos atenemos a su propia visión de sí mismo (algo que atestigua su galería y el nivel monetario que parece manejar). Aquí no hay ambages, si le gusta o no el arte es lo de menos, su papel es ser intermediario, vendedor y sacar un beneficio de todo ello. No pretende otra cosa, ni el personaje ni los guionistas, lo que por otro lado hace de él uno de los perfiles más sinceros de Bellas Artes. De nuevo, otra ataque más y nada velado.

Conexión con la primera temporada
El primer capítulo de la temporada anterior de Bellas Artes enfrentaba al protagonista contra dos contendientes en una pugna por llevarse la dirección del museo. Ellas por su edad e ideas parecían ser la elección adecuada y el propio Antonio Dumas no duda en ir de frente con ello, mientras que él al ser hombre, cisgénero y mayor era por contra lo menos políticamente correcto en el panorama actual. La sátira, rozando la cáustica, empezaba fuerte.
De estos dos personajes nada más se supo hasta esta temporada dos. Aquí reaparecen, con las mismas intérpretes, al ser convocadas por él para ser parte del jurado que debe decidir a quién dar un premio por su valor artístico. Una vez más las diferencias entre ellas y sus puntos sociopolíticos y los de él entran en conflicto a través de diálogos irónicos y sutiles, y si bien se llega a una entente cordiale no es sin las quejas del protagonista. O más que quejas avisos, a fin de cuentas la experiencia es un grado aunque a veces todos lo olvidemos.
Bellas Artes merece una tercera temporada
La segunda temporada de Bellas Artes solo tiene un problema, el mismo que la primera, y es que termina. Tras solo seis episodios estupendos toca esperar hasta que haya una tercera que sin duda habrá, no solo por el final que lleva a pensar en ello también por la buena recepción que ha tenido y la calidad que mantiene en todo momento.
No diré que Bellas Artes es la mejor serie de 2024, sería algo descabellado por la gran producción que hay y la imposibilidad de verlo todo, pero sí puedo decir que es la mejor de todo lo que llevo consumido en 2024. Y si no es la mejor, algo abierto a debate, sin duda sí es una de las mejores series de este año, uno de esos productos de visión obligada.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012