35 ediciones. Empieza a hacer falta un cambio importante, quizá de renovación total.

Que el Salón del Cómic de Barcelona empiece con alguna polémica es lo habitual y la trigésimo quinta edición no ha sido la excepción a la norma. El anuncio de cambio de ubicaciones de los fanzines y autores levantó polvoreda, quejas y comentarios, algunos con mucho sentido, otros no tanto y los habituales trolls que solo aprovechan cualquier movida para reírse un rato de todo y de todos.

Lo cierto es que dejando todo esto de lado, a mí me ha gustado el Salón y creo que los cambios van a ser para bien. Con un “pero”, claro, y volveré sobre esto en las líneas finales de este post de opinión pura y dura, que no es otra cosa y no pretende tampoco nada en concreto.

Sí, me ha gustado el 35º Salón Internacional del Cómic de Barcelona. De hecho hacía tiempo que no disfrutaba tanto en este evento, algo que en gran medida tengo que agradecer a Toni Kudo, la editorial LetraBlanka y la gente que estos días estuvo por allí. Para mí ha sido una edición especial ya que era la primera que iba con material auto editado y precisamente esta pequeña editorial ha tenido a bien hacerme un hueco en su stand.

Así he podido estar allí firmando mis auto publicaciones, como el libro infantil de Frost, perrito de aventuras, compartiendo risas y momentos con los también muy estupendos (y chachis) Toni Kudo, José Sénder y Sara Jotabé que son amor puro. Amor lleno de cierta maldad y un poco de mala uva, pero maldad encantadora y divertida, de esa que mola. Seguro que me entendéis.

También tuve mis ratitos de rubricar en Dolmen Editorial a los lectores que por allí pasaban (geniales la chica que iba de Star Trek, con una sonrisa de oreja a oreja, y el chico que llevaba una camiseta de El día del Tentáculo) compartiendo mesa con los estupendos Isaac Viana, Enrique Vegas y Nacho Fernández, al que podéis escuchar también como parte del podcast Los 3 Amigos.

Todo esto sin dejar de lado las habituales cañas, cenas, gofres, charlas varias y las exposiciones entre las que tengo que destacar la dedicada a Will Eisner; era imposible no perderse en ella disfrutando del trabajo de un autor que todavía sigue adelantado a todos los demás y eso que hace mucho que falleció. Igualmente la que homenajeaba al TBO era una maravilla, el montaje de Lucky Luke era divertido (y de forma involuntaria me hizo salir en periódicos haciéndome un selfie XD), junto con otras como la dedicada al talentoso Javi de Castro y la de Milton Caniff.

Y ahora sí, vamos a volver a lo que comentaba al principio. El “pero”. Que el Salón cambie es bueno y más cuando llevaba años encallado, repitiendo errores y siendo cada vez más cansino. Algo que se iba notando en los comentarios de los visitantes y los profesionales, era necesario que algo se llevara por otro camino y en esta edición se ha hecho.

En mi opinión creo que es un acierto que todas las exposiciones estén juntas y de la misma forma los stands de tiendas/editoriales, además de tener un espacio dedicado a los autores, fanzines y asociaciones. A la larga creo que este formato puede resultar funcional e ir a mejor pero (ese “pero” que ya os he dicho) en esta ocasión no ha terminado de serlo y queda trabajo (mucho) por hacer.

El pabellón en el que fanzines y autores estaban se compartía también con Nintendo, algo que no tiene mucho sentido, y para acceder debía hacerse a través de escaleras ya que era un pabellón superior y no quedaba a la vista, con la problemática que eso conlleva. De igual forma las exposiciones lucían más que en otras ocasiones y era un placer visitarlas sin tener música de tiendas de fondo, pero con espacios que seguían estando mal aprovechados e incluso algunos extensos huecos que hacían pensar que estabas en un garaje más que un evento cultural.

En principio cualquier cambio es bueno (con matices) y más cuando llevas años atascado en la misma línea, pero igual de cierto es que la forma final no ha terminado todavía de ser la adecuada para lo que este encuentro de amantes de las viñetas y curiosos varios necesita. Queda mucho por hacer y por mejorar, y puede que vaya siendo momento de que este Salón empiece a plantearse una renovación total.

Veremos qué pasa en la siguiente edición.

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