Fachada de Nexus-4, librería mítica de Santander.
He viajado a Santander muchas veces desde que era pequeño y es una ciudad que siempre me ha encantado, de hecho creo que si termino mis días viviendo allí estaría encantado. Además en esa tierra me hice amigo de Oscar Muñiz, quien con el paso del tiempo se convertiría en toda una institución entre los libreros de cómic al frente de Nexus-4, su fallecimiento fue una muy triste noticia que me golpeó de forma directa, hacía casi 20 años que nos conocíamos.
Por supuesto hay muchas más tiendas, librerías y jugueterías que uno puede visitar, pero estas tres paradas deberían ser imprescindibles. Además, por supuesto, de disfrutar de la estupenda gastronomía y la amabilidad de la gente. Como dijo alguien muy cercano a mí, “Vivir en Santander debe ser como estar siempre de vacaciones”.
Nexus-4
Lógicamente os tengo que decir que si pasáis por Santander tenéis que ir a visitar la tienda de referencia y entenderéis el porqué lo es. Uno de esos lugares con encanto en los que tienes tebeos descatalogados, novedad de todas las editoriales, juegos de rol y merchandising de todo tipo. A Oscar le gustaba su trabajo y eso se nota; actualmente la tienda la regenta su sobrino quien ya llevaba años siendo su sidekick y que sigue adelante manteniendo el muy buen nombre de la tienda.
Igos
Todas las ciudades tienen tiendas parecidas a esta, pequeños lugares (que hoy por lo general son franquicias) en los que encontrar todo tipo de chucherías y chocolatinas pero también bollería y con suerte algo de prensa… ¿Chuces y bollerías? No solo eso, también figuras de PVC de diferentes personajes y franquicias algo que hoy, por desgracia, no es tan sencillo de encontrar como en ocasiones parece. Si bien la selección podía resultar algo ajustada era siempre actualizada y para mi pareja que colecciona de Disney fue un colador de dinero.
Mercadillo
Cualquiera que me siga o lleve un tiempo teniendo amistad conmigo sabe que me encantan los mercadillos, los rastrillos, los brocantes… Siempre que viajo intento visitar al menos uno, ya sea en Londres, Berna, Zurich, Pamplona o Madrid. Es cierto que el rastro de Santander no es muy extenso, en realidad es de los más pequeños que he visto, pero si tienes un poco de suerte sales con cositas chulas bajo el brazo. En mi primera visita al mismo me fui con un Batman de Mattel, una figura del Gallo Claudio de la colección El Conejo de la suerte, un viejo libro de James Bond y El Quijote.
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