Una vieja foto de mis álbumes personales.

Descansa, Óscar. Espero que el cielo tenga una buena tienda de cómics y si no es así, no importa, ya la montarás tú.

Todos los que me sigáis en redes sociales (o a otro gran número de personas habituales de la cultura pop) sabréis que hace poco ha fallecido Óscar Muñiz, librero de Nexus 4 en esa preciosa ciudad que es Santander. Somos muchos los que estos días hemos hablado de él, hemos compartido fotos, dibujos, homenajes y anécdotas de todo tipo.

No, miento. Solo de un tipo.

Solo buenas anécdotas, solo buenos momentos y es que con Óscar no los había de otro modo, no era posible.

Me gustaría poder explicaros quién era, qué significó para el mundo del cómic en España, cómo era su constante apoyo a todos los que escribíamos, dibujábamos, o simplemente amábamos la cultura pop y más especialmente las viñetas. Pero no seré capaz, así que lo que puedo contaros es quién era para mí.

Conocí a Óscar cuando era un crío que todavía no había terminado el colegio, no tenía ni perilla, todavía no me había cambiado legalmente el nombre, tampoco había publicado un solo libro… Sí, en la prehistoria, hace tanto tiempo que me cuesta situar con certeza cuándo fue y qué edad tenía exactamente.

Sí, recuerdo que descubrí en Nexus las figuras de Heroclix y pensé que jamás tendrían éxito. Tanto tiempo después no solo siguen saliendo más y más series de las mismas, si no que además tengo mi propia colección de ellas que sigue aumentando. No sé el motivo, pero esto siempre me hace esbozar una sonrisa.

También me viene a la memoria que fue gracias a él que conocí a Enrique Vegas, y me puse hasta nervioso por hacerlo. Era una época en la que apenas había tratado con otros autores, menos todavía pensaba que con el tiempo me convertiría en uno, quizá Óscar lo sabía. Siempre parecía saber más que los demás, como si fuera capaz de ver el futuro y supiera cómo apoyar a todos para que siguieran adelante.

¡Qué jóvenes éramos!

El tiempo fue pasando, es inevitable, y mi adolescencia terminó, pasé a ser adulto y nunca dejé de tener relación con él. A veces más, a veces menos, pero erauna presencia constante en mi vida. Recuerdo que en un Expocómic en Madrid conoció a mi padre, y se cayeron sorprendentemente bien; de hecho mi padre siempre me preguntaba por él, y recuerdo que Óscar se apenó al saber de su fallecimiento.

Quizá ahora se puedan ver allá arriba, en ese otro plano de existencia. Hablarán de cómics y de cine, puede que con suerte se encuentren con Juanmito y charlen juntos durante horas.

Más recuerdos, hay muchos más.

Uno más reciente. Hace unos pocos años me invitó a ir a la Feria del libro de Santander a presentar Los mundos de Tim Burton, y a la hora de comer otra de las invitadas comentó que le sorprendía lo bien que habíamos congeniados él y yo. Claro está que no pudimos evitar reírnos un poco, y él aclaró que hacía cosa de dos décadas que nos conocíamos, y lo hizo con una sonrisa.

Amable, decidido, campechano, simpático, luchador…

Se puede definir a Óscar de muchas formas, cada uno tendrá la suya ya que no había solo un Óscar, había tantos como vidas tocó. Y fueron incontables, os lo puedo asegurar.

Cada uno os dirá algo diferente sobre él, sobre quién era, sobre sus recuerdos, sobre la ayuda que le prestó o el consejo que le dio, pero hay una cosa en la que todos estaremos de acuerdo, una palabra concreta que sin duda se repetirá de uno a otro: Amigo.

Descansa, Óscar. Espero que el cielo tenga una buena tienda de cómics y si no es así, no importa, ya la montarás tú.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *