
Cómics en el Salón del cómic de Zaragoza. Créditos: Doc Pastor/Marta Beren/docpastor.com
El Salón del cómic de Zaragoza es la última cita del mundo editorial del año. Es así debido a las fechas en que siempre suele realizarse, a saber: justo antes de Navidad. En esta ocasión algo más de una semana antes, otras justo una semana, pero siempre ronda ese momento.
Y dado que el mundo editorial depende mucho de las ferias, más de lo que el público suele suponerse, la asistencia es casi obligada. No para Penguin Random House o Planeta, tampoco para Panini o ECC, el cajo de las majors es diferente pero sí para Nuevo Nueve, Unrated, Grafito, Anillo de Sirio… varios nombres que se repiten de forma habitual en eventos de toda España.

Nada cambia, solo las ediciones
Así estas, y otras, suelen ir de forma bastante invariable al Salón del cómic de Zaragoza y esto supone que en cierto modo sirve de reencuentro con viejos amigos. El propio Salón lo es, es un viejo amigo por el que no pasa el tiempo, que siempre parece el mismo… y eso es un problema. Quedarse parado es no avanzar, no ir a mejor, solo que la rueda gire y gire.
Llevo varios años acudiendo a este evento, primero con la editorial LetraBlanka, ahora con Unrated y entremedias un año como simple curioso, además de haber tenido algunas conversaciones de carácter profesional con la organización y no parece que haya intención alguna de que nada cambie. No va hacia atrás, se sostiene, pero no se ven mejoras reales y por lo que me ha sido comentado por veteranos esto es así desde hace tiempo, largo tiempo.
En la película, recomendable película, Beautiful Girls al final de la misma uno de los personajes dice, en referencia al pueblecito en el que viven, que allí nada cambia, solo las estaciones y con el Salón del cómic sucede un poco lo mismo: Nada cambia, solo las ediciones.
Atascado en el tiempo
Y si Bill Murray estuvo atrapado en el tiempo esta celebración parece atascada en el mismo. Una sensación que parece ser más o menos compartida y no precisamente oculta. Un año tras otro y otro y otro todo sigue igual en un día de la marmota eterno, y nada hace presagiar que de forma sorprendente esto vaya a ser distinto en el 2025. Se sigue un poco ese viejo de refrán de si no está roto no lo arregles, pero esa no es siempre la mejor dirección a seguir.
Suceden varias cosas, la primera que no parece que desde la organización (institucional y pública) haya interés en variar nada, suponga esto una mejora o no. La segunda, y relevante, es el tema de la ubicación y dónde llevarlo para poder sacar más partido de la cita. ¿La Feria de muestras? No parece una opción por el tema del transporte, ¿entonces…?
¿Y el propio auditorio? ¿Llevar allí parte de las actividades? El evento ya se celebra en el auditorio pero se encaja todo con calzador en la sala multiusos del mismo. Como en una lata de sardinas está el concurso de cosplay, los stands comerciales, las firmas de autores de editoriales, tiendas y las organizadas por el evento, la zona de fanzines, las actividades para pequeños y las charlas. Es demasiado y pide a gritos empezar a respirar un poco.

Enséñame la pasta
Vamos por otra referencia cinematográfica, en este caso de Jerry Maguire y una de sus más famosas escenas. El Salón del cómic de Zaragoza es el único del país organizado y financiado por completo de forma pública, si no erro en mis datos (corrección: Hay otros financiados de forma pública como Getxo o Coruña. Gracias a Pedro F. Medina de Fandogamia por el aviso). Un muy buen tanto que puede apuntarse la ciudad, más cuando es una apuesta que se renueva una y otra vez, además con buena respuesta de los vecinos que asisten en masa.
Pero otro tanto que podrían apuntarse es el de remunerar. No, no me refiero a sus funcionarios o a los stands que alquilan el espacio, me refiero a los diferentes perfiles y profesionales que de forma totalmente desinteresada participan una edición tras otra en tal o cual exposición, en el llamado Tebeíco del Salón (en el mismo se indica de forma clara este hecho), coordinando charlas o controlando las mismas.
Todos ellos lo hacen de forma altruista y sin recibir ningún emolumento al respecto. Y si bien es una forma de funcionar cuando sucede todas y cada una de las veces, en un evento organizado y financiado desde el ayuntamiento a través del departamento de centros cívicos, es algo que empieza a oler a rancio y a aprovechado. Pero es algo que podría cambiar y sentar un gran y muy necesario precedente.
Más en el momento actual con toda la problemática de robo que hay por parte de la denominada IA generativa, sería un grandísimo tanto a su favor. El único Salón del cómic totalmente público (No lo es, como se ha indicado antes en la corrección) que además remunera como se debe a las personas que trabajan en el mismo, más allá de los asalariados institucionales. Una medalla que brillaría con luz propia y que haría resaltar al ayuntamiento y a la propia celebración.

Hasta el próximo año
Que nadie entienda mal estas letras. Es una suerte que una ciudad como Zaragoza tenga un Salón del cómic y más que el mismo resulte una buena apuesta para visitantes, autores, tiendas y editoriales, algo que no sucede en todas las celebraciones como por ejemplo en Valladolid. Que sea una cita segura, las fechas elegidas, la respuesta de los ciudadanos… y todo siendo totalmente organizado y financiado por el ayuntamiento.
Pero la vida solo va en una dirección y en ese camino hay que cambiar, evolucionar, crecer en un sentido o en otro. Y eso puede decirse que el Salón del cómic de Zaragoza parece fallar, como un eterno Peter Pan que una y otra vez se niega a hacerse mayor. Y sí claro que volveremos a asistir en 2025, aunque nada cambie, solo las ediciones.
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Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012