Muchos de vosotros quizás conozcáis a la pequeña perrita de dibujos por vuestros hijos. Bluey, su hermana Bingo, su madre Chill y su padre Bandit forman una familia de lo más habitual, salvo porque todos son perros de raza pastor ganadero australiano, una raza muy común en la tierra natal de las aventuras de Bluey, Australia. ¿Qué tiene esta serie que tanto da que hablar?
La serie sigue las aventuras de la pequeña Bluey de seis años, su familia y sus amigos en una comunidad de lo más común y corriente, en episodios breves de siete minutos de duración. Los escenarios son de lo más variados, pero todos muy reconocibles por los niños de todo el mundo, desde la casa hasta la escuela, pasando por el supermercado o el parque.
Las historias, aunque sencillas y sin continuidad entre ellas, tocan muchos temas sobre el crecimiento y la educación. Las niñas aprenden a convivir, respetar y empatizar con los demás y a cómo funciona el sistema de valores de una sociedad. Y por otro lado, los padres aprenden a educar a sus retoños mediante el diálogo y los acuerdos, a escucharles y a entender sus problemas, que a veces, aunque nimios, son todo un mundo para ellos.
Además, toca muchos temas reales como los primeros meses de paternidad, el TDAH o el tener que hacer nuevos amigos, y otros de más tristes como sufrir un aborto o la salud mental adulta. Estos temas se presentan desde la óptica de los más pequeños y de forma sutil, por lo que no resultan traumáticos para la audiencia general pero sí son comprensibles a ojos adultos.
Por ello, aunque la serie ha enganchado a millones de niños por todo el mundo, no son pocos los aficionados mayores de edad que se implican en ella, comentando por redes las novedades o adquiriendo los diferentes productos que se encuentran en el mercado actualmente. Son, sin duda, una generación de padres que descubren en la serie formas de educación diferentes a las que ellos estuvieron expuestos en su infancia.
Una serie que rompe con el cliché de que los dibujos de ahora son muy malos y que tratan a los niños como tontos, con historias sencillas pero con mucho fondo y que atraen a todos los públicos sin excepción en una perfecta combinación de ingenio, creatividad e imaginación. ¿Aún no habéis visto Bluey? Pues no sabéis lo que os estáis perdiendo.
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Mi niña tiene 3 añitos y le encanta ver bluey y hasta q para el colegio pidió todo de bluey zapatillas mochila toallitas , pero solo q fue complicado conseguir la mochila xq solo hay azul y no rosadito , pero si llegue a conseguir , el mejor dibujo q existe , la mejor .
A mí me parece una serie preciosa y divertida, de lo mejor que hay hoy para los peques (y adultos).
Hay muchísimos productos de Bluey de todo tipo, aunque es verdad que está casi todo monopolizado por el azul de la protagonista.
Lo que tiene todo el sentido del mundo.