Peter Rabbit llega al cine, y lo hace para quedarse

No hace tantos años el mundo de las películas de animación era prácticamente un monopolio, y en ese reino Walt Disney gobernaba con puño de hierro. Apenas había hueco para que nadie más apareciera por ese campo, pero valientes siempre ha habido aunque en más de una ocasión terminaron por desaparecer.

Pero la empresa del ratón cometió un error durante mucho tiempo: no darse cuenta de que los niños van al cine con sus padres, sus tíos, sus padrinos… Los adultos también están en la sala, y el hacer filmes para disfrute solo de los pequeños terminó pasando factura. Entonces llegó Pixar para demostrar que se podía hacer otra cosa (consultad el libro ¡Hasta el infinito y más allá! Pixar a través de sus películas para más información de esto), con tal éxito que al final la propia Walt Disney decidió que lo mejor era absorberla en sus tripas.

Con el paso del tiempo han sido varias las productoras que se han dado cuenta de que para que los pequeños vayan a las salas, hay que conseguir que los mayores también pasen un buen rato. Se suma a esto un creciente número de espectadores que dejamos atrás la infancia y a los que que sencillamente, hay que decirlo así, nos gustan los dibujos y es que la animación no es solo para niños.

Así se ha convertido ya en habitual en títulos para toda la familia (punto importante. Toda la familia debería acoger a toda la familia. No siempre es así) que haya su buena dosis de guiños, dobles sentidos y referencias para los que ya estamos creciditos. Se cuida a todo el público potencial.

En esta ola de lo que podría llamarse nueva animación hay títulos como la muy recomendables Trolls, la divertida Los pitufos: la aldea perdida (que siguen sin ser realmente los personajes pensados por Peyo) o Peter Rabbit, que llega de la mano de Sony Animation para recoger el clásico creado por Beatrix Potter en 1902 y al que quizá algunos conozcan como Perico, el conejo travieso.

Esta película coge al más que conocido personaje y lo lleva hasta la actualidad, pero sabiendo mantener el respeto y el homenaje más que directo a la obra original. Salpica sus minutos de humor (a veces rozando el absurdo) para todo el público. Durante el pase de prensa las carcajadas eran casi constantes gracias a las ideas del pillo conejo y sus compinches, con un sufriente Mr. McGregor que solo intenta defender su huertecito de los animales que pretenden hincharse a comer a su costa.

Este anciano gruñón está directamente extraído de los cuentos de Potter, interpretado aquí por Sam Neill (Parque Jurásico), que en la película en poco más que un guiño para los lectores ya que rápidamente es sustituido por su sobrino al que da vida Domhnall Gleeson (Una cuestión de tiempo). Este joven es un urbanita londinense, totalmente entregado a su trabajo, sin gana alguna de vivir en el campo y con la única intención de vender la propiedad heredada.

Al menos hasta que tope con la encantadora vecina de enfrente, que tendrá el rostro y el talento de Rose Byrne (Malditos vecinos), que hace las veces de sosias de Beatrix Potter. Un argumento que no presenta novedades, y que recuerda en más de un aspecto al que disfrutamos en Un buen año de la mano de Ridley Scott. Pero Will Gluck, director, y Rob Lieber, co guionista junto al anterior, tienen claro en qué terreno están jugando y el tipo de producto que tienen entre manos.

No corren riesgos, no pretenden sorprender y su única intención es lograr que todos lo espectadores disfruten durante la hora y media que dura la proyección: objetivo conseguido. Esto además se logra también gracias a la presencia de actores bien reconocibles como los ya mentados (todos con doble papel como humanos y animales), junto con las voces de Margot Robbie (El lobo de Wallstreet), Daisy Ridley (Asesinato en el Orient Express) y otros a los que encabeza James Corden (Teen Titans Go! To the Movies) como el conejo protagonista. En nuestro país la voz del intrépido peludo va a cuenta de Dani Rovira, bien conocido por Ocho apellidos vascos y Superlópez, lo que ha hecho que más de uno se lleve las manos a la cabeza y punto sobre el que no puedo entrar ya que el pase fue en versión original.

Peter Rabbit es diversión, es música, es buen rollo, es un rato para sentarse a disfrutar mientras devoramos palomitas. ¿Acaso hay algo mejor cuando se trata de ver una película en el cine?

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