
Portada de Los negritos no van a comerte. Créditos: Fandogamia.
Este Los negritos no van a comerte es una maravilla antiracista, que se podría considerar secuela de uno previo, ya comentado por esta web. Me refiero al cómic El niño Jesús no odia a los mariquitas, una excepcional sátira contra los fanatismos religiosos llevada a cabo por Don Julio, seudónimo bajo el que está Julio A.Serrano, del que conozco su obra al ser dibujante de la revista satírica El Jueves.
Como realizó con el previo, esta obra está enfocada cual si fuera un cuaderno de actividades para los niños más pequeños, de esos que uno puede comprar en cualquier bazar (¡ojo!, que podría decir «de los chinos» pero por un ejemplo visto aquí aprendo que eso también sería racista, cuando lo correcto es citar bazar a secas). Por si alguno no ha pillado la ironía, al final de su contraportada se deja claro que es para público adulto.
Se podría pensar, erróneamente, que esta obra se centra en el clásico racismo contra la gente de piel negra, pero la situación mundial es lo suficientemente grave como para que estén englobados todos los tipos de racismo, contra todo tipo de comunidades. Porque, como citan en estas páginas, todos somos de la misma raza, ya que las diferencias de color de piel son como el cuerpo se adapta al lugar en el que vives.
También se deja claro lo equivocados que están todos aquellos que promueven una invasión inmigrante silenciosa, poniendo el único ejemplo habido como tal de los últimos 1.000 años, relacionado con Franco (ese bastante añorado por ciertos sectores un tanto retrógrados de nuestra sociedad).
Curiosamente muchos se quejan de esas invasiones, cuando hay una que se ha apoderado de nuestra cultura y sociedad a lo largo de los años: la estadounidense. En una de las actividades de este cuadernillo queda claro dicho punto en un ejemplo que incluye modas, celebraciones, tecnología, bebidas, deporte, marcas de ropa y calzado, restaurantes de comida rápida o aluvión de películas norteamericanas en los cines.

Los negritos no van a comerte, una brillante sátira contra el racismo
Los inmigrantes que vienen, en muchos casos no lo hacen por gusto: huyen de diferentes problemáticas que en nuestra sociedad no se quieren ver, haciendo que algunos los coloquen cual si fueran parásitos que vienen a ser mantenidos por nuestro sistema. Y no se puede generalizar de que todos son criminales: como todo en esta vida, hay gente buena y gente mala en todas partes, en este país y que vienen de fuera.
Admito que una de las actividades que más me ha impactado es la número 5, donde se ve un mar en el que tienes que encontrar a cinco peces diferentes… estando el resto cubierto de muertos que han perdido su vida en un incierto periplo hacia nuestras costas. Y es que en los últimos 10 años se han ahogado 31.383 personas en el Mediterraneo… pero esa cifra es de los que se encuentra cadáver, con lo cual puede ser mayor.
También me parece muy acertada la visión de un mundo de la información, en el que se le da importancia a cualquier nadería, mientras que se está realizando un genocidio en, por ejemplo, Gaza, que para muchos es solo una noticia más a la que le damos la importancia justa. El propio autor entona su mea-culpa en la forma en que dibuja a las personas en este cuadernillo, aunque sus intenciones sean buenas.
En esta obra también se centran en unos medios de comunicación donde en ocasiones sale gente que directamente suelta mierda por la boca (literal), propagando el odio contra los inmigrantes con expresiones para infundir el miedo al diferente por parte del gran público, cuando en verdad son los poderosos (a los que no les importan ni los de aquí ni los de fuera), los que nos roban de muy diferentes y ¿legales? formas.
El genocidio por racismo tiene su ejemplo más evidente hoy en día en Nethanyahu y su idea de borrar a todos los árabes de Palestina con la excusa del terrorismo, cuando lo que está haciendo (y esto llegué a pensarlo yo hace meses cuando comenzó) es como si España, para luchar contra el terrorismo etarra, hubiera bombardeado todo el País Vasco.
Y finiquito con la ya antes expresado: un inmigrante como tal no es un delincuente, aunque puede haberlos. Pero si una persona inmigrante comete un delito, debe enfrentarse a la justicia. No se trata de dónde naces, sino de lo que haces.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399




Ya he visto este libro, también vi el de la homosexualidad, un ex amigo y antiguo compañero de trabajo me mostró las páginas de ese libro creyendo que era para niños al mismo tiempo que criticaba la cultura woke y demás soplapolleces… Lo que hace la desinformación.
Tal cual, mejor no se puede decir.