Fragmento de portada de Los magos de Waverly Place

Fragmento de portada de Los magos de Waverly Place

Los magos de Waverly Place: bullición adolescente, hechicería y bocadillos.

No todos los proyectos audiovisuales están creados para ser obras de arte. Hay veces, sobre todo si hablamos de series, que están diseñados meramente para entretener, disfrutar o, sencillamente, pasar el rato. Y en esto Disney tiene una larga experiencia en su carrera, sobre todo en la producción de lo que fue Disney Channel, luego Disney XD y que ahora podemos encontrar en Disney+ con, por ejemplo, Los Magos de Waverly Place.

¿De qué va Los magos de Waverly Place?

La premisa es muy sencilla: seguimos la vida de una adolescente, interpretada por Selena Gomez, la hermana mediana de otros dos hermanos, que debe combinar su día a día en el instituto con el negocio familiar, la bocatería Waverly Place, y sus lecciones de magia, impartidas por su padre, ya que, en el momento adecuado, los tres hermanos deberán luchar por ser el miembro que conserve sus poderes. Aunque ningún mortal los puede descubrir.

Y es que es la demostración de que un producto que enganche e interese al espectador no tiene por qué tener mucho presupuesto. Al fin y al cabo, las situaciones cotidianas de un adolescente, sus intereses, miedos e inquietudes ya dan suficiente de sí. Las riñas familiares, las obligaciones, las prohibiciones… ¡No hay quien pueda resistirse a sentirse identificado! Y si encima le añades el ingrediente de la hechicería y exploras ese universo con correo mágico, adorables e incomprendidos hombres lobo, genios astutos, catálogos de compras engañosos… obtendrás una serie que quizá no te tendrá pegado a la silla, pero a la que, sin duda, volverás para saber más.

El regreso de los magos de Waverly Place

Y no soy la única que lo piensa, ya que el medio estadounidense Deadline ha anunciado que Disney va lanzar un spin-off de Los magos de Waverly Place con dos de sus protagonistas, Alex, la citada Selena Gomez, y su hermano mayor Justin, en la piel de David Henrie.

Seamos sinceros, ya se ven qué metrajes van a acabar con un final feliz, se huele, se siente y no por ser previsible es menos disfrutable. Para ver lo complicada que es la vida o lo puñetera que puede llegar a ser ya hay otros productos. A veces, lo único que apetece es evadirse, relajarse y dejarse llevar.

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