Cartel promocional de 'Un padre en apuros' (Título original: 'Jingle All The Way'). Créditos: 20th Century Fox
Navidad es la época del año para disfrutar de la familia (y amigos), mantitas, chocolate caliente y cine. Hay muchas y clásicas películas que tratan sobre la navidad, pero una a la que me gusta volver todos los años por estas fechas es Un padre en apuros.
La del juguete de acción
Howard Langston es un hombre de negocios casado y con un hijo que siempre prioriza su trabajo, con lo cual siempre se acaba perdiendo o llegando tarde a los eventos de su hijo. Tanto su mujer como su hijos empiezan a estar cansados de esta actitud tan poco familiar, pero Howard promete mejorar y estar más por él.
Cuando nuevamente falla su promesa, Howard le promete que no se va a perder la navidad y que Papá Noel le traerá el regalo que más quiere: un muñeco de acción de Turboman, una serie de televisión muy popular entre los niños. Cuando le cuenta sobre la reconciliación a su esposa antes de acostarse, le miente diciéndole que ya compró el juguete hace semanas. Al dia siguiente, la víspera de Navidad, Howard corre a la tienda a conseguir un Turboman, solo para enterarse de que lleva semanas completamente agotado.
Ahora en serio, ¿por qué me gusta?
Generalmente una comedia familiar va dirigida a todos los rangos de edad, pero suele estar especialmente orientada a los niños. No es el caso de Un padre en apuros, cuyo objetivo principal son los padres (y madres) de los más pequeños. Cierto es que la sucesión de gags y tortazos pueden hacer las delicias de los más pequeños de la casa, así como ver a Schwarzenegger vestido como un superhéroe y volando con una mochila propulsora (de forma muy cutre, pero hecho así aposta).
Sin embargo, la trama tiene dos lecturas. Los niños verán la historia sobre la búsqueda del juguete del momento; una bonita historia de amor familiar en la que el padre hace todo lo que puede y más para lograr el regalo soñado de su hijo hasta convertirse él mismo en su propio regalo, con mucho humor y slapstick.
Por otro lado, los padres descubrirán una sátira capitalista sobre la locura que producen las navidades en la sociedad, especialmente en las décadas de 1980 y 1990. La navidad queda absolutamente en un segundo plano y muestra la cara más despreciable y egoísta de la gente en la época del año que más se mercantilizan ideas como la generosidad, la bondad y el amor. Y es que la mayoría de porrazos llevan el sello del egoísmo más absoluto.
La película cuenta además con la aparición de Phil Hartman (la voz de Lionel Hutz y Troy McClure en los Simpson) como el vecino amable y generoso que se desvive por ayudar a sus vecinos. Pero esta ayuda desinteresada esconde maliciosas intenciones hacia las vecinas, especialmente hacia la mujer de Howard, Liz.
Un bárbaro del humor
En los años noventa Schwarzenegger protagonizó muchas comedias que con el tiempo se han convertido en películas de culto. Ciertamente no es un un actor con una enorme vis cómica, pero sus papeles como tipo grande y fuerte en situaciones absurdas funcionaron bastante bien. Y ‘Un padre en apuros’ no es una excepción. Entretenida y estúpida, pero plenamente consciente de ello. Merece un revisionado casi veinte años después de su estreno.
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Crítico de cine de largo recorrido, además de amante del terror clásico y el mundo de LEGO. Es profesor Pokémon y ha sido juez del juego de cartas de la franquicia en torneos oficiales a lo largo y ancho del mundo. Es graduado en traducción y ha sido el intérprete de nombres como Julian Glover y Paul Blake, General Veers y Greedo de Star Wars. ISNI 0000 0005 1808 8642