Portada de Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón. Créditos: Penguin Random House Grupo Editorial.
A veces se tiene la suerte de poder hablar de algunas obras y personajes que significan mucho para ti. Personalmente, no entiendo el mundo del cómic sin su existencia en mi vida. Hoy tengo la fortuna de hablar del nacimiento de unos personajes de historieta esenciales. Hablemos de Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón.
Gracias a Penguin Random House Grupo Editorial se puede seguir editando material sobre estos personajes. Es cierto que ya no tenemos obras de nuevo cuño, pero este es un ejemplo de buen trabajo de edición y recopilación de material antiguo.
Y es que de eso va este tomo. Nos remontamos a las primeras historietas de Mortadelo y Filemón, mucho antes de formar parte de la TIA. Entonces eran Mortadelo y Filemón, agencia de información. Preparar esta obra ha conllevado muchas obras de búsqueda y recopilación del material original. Es la primera vez que se edita en una sola obra este material que se remonta a los años entre 1959 y 1961. Además, acompañando las tiras de cómic tenemos algunos artículos que nos narran los pormenores de la preparación de la obra o la situación del momento.
Ibáñez, un trabajador incansable en lo que más amaba
Antes de hablar de la obra en sí misma, es justo dedicar unas líneas a hablar de su autor: Francisco Ibáñez. Es muy difícil que en las últimas décadas haya alguna persona que no sepa de la existencia de este artista, ya sea por él mismo o por conocer a alguna de sus creaciones a lo largo de su carrera.
Hablamos del creador de Rompetechos, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, 13 Rue del Percebe, Chicha, Tato y Clodoveo, pero, por encima de todos ellos, los (ya) inmortales Mortadelo y Filemón.
No está nada mal para un chico que pudo dejar atrás su trabajo en un banco antes de alcanzar los 30 años. Meta que consiguió gracias al total empeño que dedicó en hacer lo que más amaba y acabar desarrollando un talento sin igual. El resto es historia.
Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón: información y diversión
¿Qué se puede decir de esta recopilación de historias? Es un trabajo de cariño y atención por el material original en todos sus aspectos. Se consigue llevar a cabo una idea compleja desde el cariño más profundo.
En estas tan páginas (a primera vista) tan sencillas, se esconde un torrente de información en cada viñeta. Ibáñez prácticamente realiza un trabajo de orfebre logrando que cada una de las escenas nos provea de algún chiste o gag visual, algo que no debía resultar nada fácil.
Esta manera de trabajar del autor se da al mismo tiempo que sucedía un cambio a la hora de editar y publicar tebeos, surgiendo nuevas revistas que estaban hambrientas de material y en las que un trabajador infatigable como este creador pudo explotar su arte con toda libertad.
Que yo narre lo que sucedía en este momento histórico para este tipo de publicaciones hace un flaco favor a los increíbles artículos (mencionados anteriormente) que aparecen en esta obra y que tan buen trabajo de estudio llevan tras de sí. De verdad, un complemento enriquecedor para este tomo.
Se trata de una lectura ligera, amena, sencilla de comprender y, aunque suene extraño, tremendamente actual. Muchos de los roles o personajes que vemos en las viñetas no han perdido vigencia como arquetipos y la literatura de hoy se sigue alimentando de ellos.
Es cierto que muchos de los casos repiten tramas, finales y algún gag. La secuencia es siempre muy similar, pero no por ello deja de ser eficaz. Incluso, se nota cómo el artista es consciente de ello y distancia historias semejantes entre varios números para distraer la atención general.
Además, Francisco Ibáñez usaba desde las primeras páginas “cameos” de otros personajes de la revista o menciones a uno u otro compañero de profesión como era Vázquez. Gestos que además se incluían como parte de los gags de la publicación, reconociéndose entre personajes.
En menos de 300 páginas vemos una evolución espectacular de los personajes, demostrando (una vez más) el enorme talento que demuestra su autor a la hora de mejorar su trabajo, consiguiendo que los protagonistas queden representados con facilidad con apenas un vistazo, prestando atención a todo lo demás.
Un tomo imprescindible para un amante de estos personajes
Como se puede percibir, ante la opción de hacerse o no con semejante trabajo, mi respuesta es un rotundo sí. En caso de no haber ofrecido motivos suficientes para ello, aquí va otro: no dejar que caiga en el olvido una forma de hacer humor que inició una época y tantas buenas horas de diversión nos regaló a muchos niños durante décadas.
Mortadelo y Filemón son parte del tejido cultural e histórico de este país. Esta obra subraya la importancia que tuvieron en un ambiente donde el humor era muy necesario y los tebeos resultaban grandes vías de escape para los duros momentos. Cada vez que me preguntan qué cómic es bueno para iniciarse, siempre me vienen a la boca el nombre de estos dos inolvidables detectives.
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Actor y director teatral con veinte años de experiencia a bordo de la compañía Teatro Baypass, que él mismo fundó. Miembro de la organización de la Feria del libro de Parla y técnico de cabecera en Estelar Media. Lee libros y cómics con la misma pasión que disfruta de un concierto o de una buena sesión de cine. ISNI 0000 0005 1808 8693