Imagen de la película Kinds of kindness
En una entrevista para Indiewire, Efthymis Filippou, guionista de muchos de los trabajos que ha dirigido Yorgos Lanthimos (incluyendo este del que vamos a hablar) dice que no buscan ser provocadores a ojos del público, que es la realidad quien lo hace todo.
No puedo estar más que de acuerdo con su argumento, ya que si era provocación lo que pretendía con esta ¿película? es un objetivo fallido a todas luces.
Partamos de una pregunta muy clara: ¿Qué es esto? No me atrevería a calificarlo de largometraje porque son tres historias claramente diferenciadas con un nexo en común, que parece más un pretexto para dar una coherencia común al formato.
El mejor acierto, su reparto
Tres universos muy diferentes que permiten a todo el elenco actoral mostrar varios registros, todos de excelente calidad. De hecho, considero que de los pocos aciertos del filme es hacer que sea el mismo elenco quien protagonice las tres historias.
No se puede poner en duda la calidad interpretativa que se ofrece aquí: Hong Chau sigue con la buena estela que dejó ver en La Ballena. Hablar del talento de Willem Dafoe es llover sobre mojado, haga lo que haga. Emma Stone es una estrella de los pies a la cabeza y su reciente Oscar (a manos de Lanthimos también) sólo lo confirma.
Un párrafo aparte merecen, para mi gusto, las dos estrellas de la película: Jesse Plemons y Margaret Qually. En esta misma página ya he hablado de lo mucho que he disfrutado de su trabajo en obras anteriores.
En el caso de él, se nota en cada registro que tiene tablas suficientes para cualquier reto que le pongan delante. Es gracias a este trabajo que ha recibido el premio a mejor actor en el festival de Cannes de este año y, parece que sólo es cuestión de tiempo que sean muchos más los premios que caigan en sus brazos.
Si hablamos de Margaret Qually, es la sorpresa del filme sin lugar a dudas. Está en su salsa: juega cuanto y como quiere ante cualquier escena o compañero/a. Se está convirtiendo en uno de esos talentos que merecerán verse cualquier trabajo que haga ya que, si ella aparece en pantalla, centra la atención por completo. (Insisto en que tenéis que ver The Leftovers o Dos chicas a la fuga). Se sabe hecha para este negocio y tenemos suerte de poder disfrutar su talento.
Si se puede añadir algo más sobre la película para concluir, es que aún una semana después de verla, no se exactamente con que intención la ha realizado Lanthimos (si es que tiene alguna, claro). Una obra aparentemente sencilla, que no presenta ningún artificio, con un ritmo extraño pero con un reparto que la levanta sin esfuerzo. Quizá sea por eso que no se me va de la cabeza todavía…
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