Godzilla Minus One: Una oda al desespero y la esperanza

Es bien conocido el hecho de que Godzilla representa los miedos y el dolor sufridos en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, más en concreto las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pero a pesar de ello no puede decirse que este haya sido un tema muy explorado en su mitología. Algo que viene a cambiar Godzilla Minus One, última entrega nipona de la larga saga iniciada en 1954 y que se corona como la mejor película hasta el momento del kaiju más famoso del mundo.

El director y guionista Takashi Yamazaki acierta al plantear un drama totalmente humano que llega al corazón, con algunos momentos en que resulta imposible que no se escape alguna lágrima. El protagonista es el dolor y el sufrimiento, los pecados externos y los propios, la desesperación llena el metraje junto a una fuerte y profunda crítica de las actuaciones de Japón en el conflicto bélico; pero también hay espacio para la esperanza y la redención, para luchar por la creencia de un futuro mejor y la idea de que con la ayuda de los demás todo es posible. Godzilla Minus One habla de la desesperación, sí, pero, más importante todavía, habla de la esperanza.

Un Godzilla imponente

Y Godzilla, vaya Godzilla. Espectacular, feroz, imponente, sencillamente Godzilla en estado puro. No es un villano, no es un héroe, es una fuerza de la naturaleza, prácticamente un dios y por desgracia los seres humanos se han cruzado en su camino. El realizador no se ha conformado con usar al monstruo de excusa, el gigantesco reptil también tiene su dosis de exploración más su ser con algún pequeño detalle que era, hasta ahora desconocido. Y si bien, de forma inevitable, todos sabemos que los hombres lograrán salir victoriosos esto no hace que haya menos tensión, con algún momento en la sala en el que de forma literal no se oía ni una sola respiración.

Todas las elecciones artísticas de este filme resultan acertadas, desde el guion a la presentación del kaiju pasando por sus actores protagonistas con sus dramas individuales y colectivos, a la fuerte crítica mostrada hacia el propio Japón y la redención necesaria para una historia tan llena de intensos momentos emotivos. Quizá sea la primera película de Godzilla para muchos y eso es algo estupendo, lo único malo es que deja el listón muy alto para todas las que están por venir.

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