Galacticat, una primera edición indigna

Hay que ser laxos con las críticas que se hacen a un evento en su primera edición como Galacticat. Lógicamente no se puede esperar que algo que acaba de empezar tenga la misma agilidad que si lleva varias décadas, la experiencia es ciertamente un grado y eso debe tenerse muy en cuenta.

Claro que aunque esto es así no justifica en absoluto las faltas de sentido común, el pasotismo generalizado, las ganas de figurar por encima de la búsqueda de la calidad, y tampoco las faltas de respeto. No hay duda que muchos errores de la organización son perdonables, e incluso justificables, pero otros tantos no. Aunque hay que ser realista, y en un festival en el que el propio responsable de prensa y medios va a estar ausente, ya de entrada deja claro que algo no funciona bien.

Quedó totalmente patente cuando a los colaboradores que iban a estar en stands se les pidió puntualidad, pero esta misma fue ignorada por una dirección que brillaba por su ausencia, llegando incluso al punto de no ser posible realizar el montaje en ese mismo día e incluso en un primer momento a no tener siquiera la posibilidad de acudir al colegio en el que cedían unos camastros para dejar las maletas.

Aunque durante la presentación del festival, con un gran retraso y exageradamente larga, con momentos realmente fuera de lugar en un acto que debería ser (en cierta medida, al menos) serio, parecía dejarse claro que por encima de la calidad del evento y el respeto a los participantes estaban las ansias de protagonismo de su director, quien antes de entrar no dudó en decir en voz alta “lo estamos petando”, obviando que había algo más de veinte personas que estaban allí para hacer las actividades de su festival desde hacía horas, sin saber apenas nada de él, si haber siquiera podido darse una ducha para acudir a la inauguración.

La problemática seguía después, al llegar al alojamiento por primera vez, ya cerca de las doce de la noche, con una actitud de total despreocupación del organizador hacia faltas básicas, como la ausencia de sábanas o de papel higiénico, respondiendo a esto último al que suscribe con “ya compraré mañana, os tendréis que apañar con lo que hay”: un rollo. Al día siguiente: ninguno. Un problema que lógicamente se solucionó por cuenta propia, de forma fácil, pero que mostraba en que lugar estaba para la organización las personas allí presentes.

O solo algunas, puesto que solo se trató de invitados a algunos invitados.

Durante el sábado y domingo del evento las circunstancias no variaron, no solo por los hechos básicos de alojamiento, también los espectadores del cine en el que hubo retrasos, ausencia de alguna proyección, y otras que algunos no pudieron disfrutar por no estar adaptado a las necesidades que requiere una simple silla de ruedas.

Sería injusto no decir que la selección de películas fue acertada, aunque en varias solo se ocupara un tercio de la pantalla, y que para los que somos amantes de la ciencia ficción fue todo un placer contemplar algunos clásicos por primera vez fuera de los televisores.

Ojalá haya una segunda edición de Galacticat, que se haya aprendido de los errores más básicos y realmente esté a la altura del humo que vendía esta primera edición.

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Doc Pastor

Escritor y periodista de amplia trayectoria (AQUÍ, Cinemascomics, Infonegocios…), especializado en Cultura Pop aunque también ha escrito de temáticas muy distintas como política y el mundo de los negocios. Creador del personaje infantil Frost, perrito de aventuras descrito por RTVE como «Un nuevo héroe para los niños». ISNI 0000 0004 4335 5012