Portada de Freelancers 5 de Roger Bonet
En ocasiones se oye eso de que la grapa está muerta y al poco cambia y lo que hay son quejas de que la grapa es muy cara. Mundo de locos este en el que vivimos. Pero si uno busca grapa y a buen precio tiene las muchas y variadas opciones de Unrated, editorial que también se prodiga en novela como deja claro la publicación de En tierra de demonios, entre las que está Freelancers para los que busquen su dosis de superhéroes.
Pero no es una variación haciéndolo al estilo patrio, no es Pafman o Iberia Inc. (ambos totalmente recomendables), Freelancers es una obra que bebe del género según es en Estados Unidos y más en concreto según era en los años 80 pero sabiendo actualizarlo y hacerlo adecuado para el día de hoy. Tiene aventura, tiene capas y tiene acción, pero también humor y mucha mala uva, además de una muy sana dosis de crítica hacia la inmediatez, las redes y los realities televisivos con sus dosis de mentiras y salseo vario.
Un guionista y varios dibujantes
El hombre detrás del proyecto es el dibujante Roger Bonet, autor veterano con varias décadas de trabajo a sus espaldas que en este caso se aleja de los lápices para meterse en los guiones y hay que decir que cumple y sabe salir del paso sin problema. Según avanzan los números, escribo estas líneas tras haber leído los cinco primeros, hay una evolución, mejora y perfeccionamiento, algo esperable y de agradecer.
Por el lado del dibujo el creador de la saga se apoya en Iván Arnal para el arco de presentación de tres números y a partir del quinto en el trabajo de Joel dela Rocha, cada uno con un estilo distinto pero del que saben sacar buen partido, con una narrativa bastante fluida, un trabajo correcto en lo que se refiere a los personajes e incluso con alguna viñeta (o página) que es sobresaliente y algún homenaje nada velado como la portada del número 5 (que sí es obra de Roger Bonet) que emula a La muerte del Capitán Marvel.
Freelancers es una propuesta en apariencia ligera y divertida pero cuando uno mira más allá de la forma y ve el fondo lo que encuentra es por un lado una carta de amor y respeto hacia el cómic de superhéroes de los años 80 y sus creadores, y por el otro toda una declaración de intenciones sobre nuestra sociedad y a qué extremos estamos dispuestos a llegar por un poco de fama fugaz. Una lectura más que recomendable hecha con acierto, cariño y bastante ingenio. Y sí, cierta mala uva.
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