Fotograma de Destino final: Lazos de sangre. Créditos: Warner Bros.
Destino final nació en origen como premisa para un episodio de la serie Expediente X, que al final fue el film inicial de 2000. A él le siguieron cuatro secuelas, pero en mi caso tan sólo he visto en cines la cuarta y la quinta. Tras un descanso de 14 años llega ahora la sexta, con espíritu de reboot, y que tiene por subtítulo el muy acertado Lazos de sangre, ya que el origen está en el pasado de la abuela de la protagonista.
La premisa de esta saga siempre ha sido la básica de un slasher, con la particularidad de que aquí no se intenta escapar de un asesino en serie, si no de la misma muerte, que considera que te salvaste de forma injusta de una tragedia donde tenías que haber muerto. Eso se debe a que en todas las entregas hay un personaje que tiene una premonición sobre lo que va a ocurrir, logrando salvar in-extremis a todos los que puede.
Pero la muerte, sibilina como ella sola, ni perdona ni olvida, persiguiéndolos y acabando con ellos de las formas más despiadadas y salvajes posibles (lo que también ha sido uno de los morbosos incentivos de esta saga). En estos tiempos con nuevas entregas de otras populares franquicias de terror, resulta lógico que tarde o temprano se recurriera a Destino final, aunque la quinta concluyera cerrando el círculo y enlazando con la inicial.
Y es que dicho colofón de Destino final 5, haciendo como un bucle entre todo lo visto en la (por entonces) pentalogía se transforma aquí, de forma sutil pero bastante acertada, en la justificación para sustentar tanto las entregas precedentes como las que estén por llegar: la tragedia inicial de este film, ambientada en los años 60, puede haber sido tanto el origen de aquellas como la justificación de esta y la de las que estén por llegar.
Eso se justificaría a tenor de saber por fin la trascendencia del personaje encarnado por el difunto actor Tony Todd (a su memoria está dedicada esta película), cuya presencia ha sido más o menos recurrente en esta franquicia, ya que el William John Bludworth al que da vida se le ha visto en las dos primeras, la quinta y la actual sexta entrega, donde por fin se aclara quien es y el papel que representa.
Destino final: Lazos de sangre, la muerte vuelve a jugar sus cartas
Aunque en esquema se pueda decir que esta película reitera lo planteado en las previas, la novedad radicaría en que los personajes principales hasta ahora tenían una premonición del futuro, pero en este caso la universitaria Stephani Reyes lo que tiene es una funesta visión del pasado, en la que se ve envuelta su abuela Iris, y en donde asiste en primera persona a la tragedia de la inauguración de una torre SkyView a finales de los 60.
La duda que se presenta es que si la abuela en verdad sobrevivió (evidente, porque sino no tendría nieta), ¿que significa la pesadilla recurrente de la protagonista? Al investigar los motivos provocará que el ciclo mortal se recrudezca, y ahora corren peligro no sólo los que sobrevivieron, si no también sus propios descendientes (de ahí el citado Lazos de sangre), derivando a partir de ahí en la lotería de la muerte.
Con esa definición me vengo a referir al hecho de que sabiendo que cualquiera cosa puede ser mortal, los personajes van tomando conciencia, cada uno a su manera, de los peligros a los que se exponen, jugando además los responsables de esta película con la inquietud del espectador, que ve diferentes formas de morir, hasta que al final se revele quizás la más inesperada.
A eso juegan también en el tráiler, donde se han dado por supuestas algunas muertes de manera determinada, pero que en la película varían. Por lo demás se le puede achacar incongruencias y casualidades, pero el espectador de una película como esta sabe a lo que va, y lo obtiene de forma salvaje y brutal. Hay cierto toque de humor negro que le sienta bien al resultado final, pese a que en algunos momentos sea una violencia splastick que roza el cartoon.
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Crítico especializado en cine y cómic, aunque no tiene problema en lanzarse a leer libros y opinar sobre ellos, siempre de forma constructiva y con educación. Bien conocido en el mundo de la divulgación por su alias, El Chacal, y su blog El Blog del Chacal donde comparte sus reseñas y conocimientos. ISNI 0000 0005 2401 3399